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El bendito conquista las promesas de Dios

El bendito conquista las promesas de Dios

El propósito del Espíritu Santo en la vida de una persona, no es apenas solucionar sus problemas, Él quiere manifestar sus planes y sus propósitos en su vida, para que Él sea glorificado y por igual la persona logré una transformación en su ser. Así como existen quienes persiguen su sueño de formar una familia, de venir a Estados Unidos para avanzar financieramente, de realizarse sentimentalmente, etc. Así también cuando se es transformado por el Espíritu Santo, la persona se convierte en un conquistador de las Promesas de Dios, ella comienza a enfocar su fe, no en la solución de los problemas y si en las promesas de Dios, porque en ella fue despertada en la mente y en el corazón la fe bíblica que es la fe Abrahámica.

Las promesas de Dios están más allá de lo que nosotros queremos, esto es, de lo que es nuestra propia voluntad. La Palabra de Dios nos refiere: “A su regreso después de derrotar a Quedorlaomer y a los reyes que estaban con él, salió a su encuentro el rey de Sodoma en el valle de Save, es decir, el valle del Rey. Y Melquisedec, rey de Salem, sacó pan y vino; él era sacerdote del Dios Altísimo. Él lo bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, Creador del cielo y de la tierra; Y bendito sea el Dios Altísimo que entregó a tus enemigos en tu mano”. Génesis 14:17-20. Si analizamos esta escritura Melquisedec, no le dijo a Abram, que fuese bendecido, él lo llamó bendito, la cual es una condición.

Existen personas que están en la iglesia y han sido bendecidas, pero aún no son benditas. Cuando la persona no es bendita, regularmente su vida de ella siempre tiene altos y bajos, es una vida que oscila, en momentos confía en Dios y en otros momentos duda. Cuando se es bendito, se vive de fe en fe, se persevera, se tiene paciencia, se está dispuesto a pasar por el proceso, pero se tiene la seguridad de que se conquistará lo que está prometido.

No se puede aceptar estar en la presencia de Dios y seguir viviendo la misma vida o aceptar el fracaso, porque si se es considerado un hijo (a) de Dios, Su obra se tiene que reflejar en la vida de quien es hijo(a) de Dios.  Cuando se es bendito, se lucha por conquistar lo que está prometido en la Palabra de Dios y es así que Él entrega a los enemigos que son los problemas, las luchas y aún más Él da Sus promesas que ha prometido.

“Y Abram le dio el diezmo de todo”. Génesis 14:21. Cuando Abram, enfrentó a sus enemigos, él solo contaba con 318 hombres, él sabía que humanamente hablando no podía vencer, pero él hizo una prueba con Dios, porque él tenía la promesa y estaba seguro que tomando la actitud que tomó, la conquistaría. Dios se glorificó en la vida de Abram y venció cada batalla con apenas 318 hombres, pero él hizo una prueba con Dios.

Así como hizo Abram, en este mes de junio, nosotros también estaremos haciendo nuestra prueba con Dios e iremos al valle de Save, con esta misma visión y determinación, creyendo que conquistaremos lo que está prometido en la Palabra de Dios, para que en nuestra vida acontezca lo extraordinario y así podamos glorificar Su nombre.

Santo Culto a las 10:00 a.m. Con el obispo Clodomir Santos, en el 703 Sur Broadway, Los Ángeles, Ca.