El Yugo

Antes de leer este artículo, por favor reflexione sobre esta pregunta: ¿Será que uno lleva el yugo natural puesto, pero no se ha dado cuenta?

El yugo natural, o mejor dicho, el yugo malo, siempre representa esclavitud a todo lo negativo. Carga, opresión, pensamientos y sentimientos destructivos; el yugo malo siempre tratará de dominar la mente y las acciones de uno, y muchos en este momento se encuentran en esta esclavitud.

 

La Palabra dice así: En ese día, el Señor acabará con la servidumbre de su pueblo. Romperá el yugo de la esclavitud y se lo quitará de los hombros (Isaías 10:27).

Muchos, en este momento, tal vez no se han dado cuenta o se han acostumbrado a la esclavitud o servidumbre del mal. Pero, según la Palabra, cuando uno se entrega y deja atrás todo lo malo, o mejor dicho, cuando se arrepiente, el Señor Dios nos quitará el yugo.

Es más, el Señor no solo quita el yugo, sino que lo rompe y lo hace pedazos. La Palabra usa específicamente la palabra “Romperá” porque el Señor quiere que entendamos que, cuando estamos con Él, jamás sufriremos la plaga que trae el yugo malo, el que no da descanso y solo trae maldición.

Desafortunadamente, muchos piensan que esta invitación de entrega al Señor Jesús es una invitación a una religión. Pero no lo es. La invitación es para que uno tenga fe en Jesús, porque Él se sacrificó por nuestros pecados.

La religión o la religiosidad no le dará la Salvación a uno; lo único que puede dar la Salvación es la fe en Él y la obediencia a lo que está escrito. Eso es lo que realmente nos libera de todo.

El Señor Jesús nos invita a ponernos Su yogo el que da descanso y nos enseña de la fe.

La Palabra nos revela así: “Luego dijo Jesús: «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso. Pónganse mi yugo. Déjenme enseñarles, porque yo soy humilde y tierno de corazón, y encontrarán descanso para el alma. Pues mi yugo es fácil de llevar y la carga que les doy es liviana»” (Mateo 11:28-30).

El Señor Jesús quiere que tengamos paz y desea enseñarnos a ser humildes y tiernos como Él, para que tengamos nuestra salvación, que es el Espíritu Santo.

Reflexione y pregúntese: “¿Será que yo cargo el yugo malo que oprime?”

Si usted se encuentra bajo el yugo malo, se le insta a dejar todo lo negativo atrás y a arrepentirse, para que tenga un encuentro con el Señor Jesús y sea liberado de toda plaga maligna.

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