Lectura
Entienda la diferencia entre el trigo y la cizaña

Entienda la diferencia entre el trigo y la cizaña

El Señor Jesús usa la parábola del trigo y de la cizaña para explicar una de las mayores artimañas malignas, justamente porque el trigo es uno de los más importantes cereales del planeta. Es producido en gran cantidad en el mundo entero por ser el ingrediente principal del pan, que es la base de la alimentación de la mayoría de los pueblos.

Para que entendamos mejor la parábola contada por Jesús, vamos a analizar algunas particularidades que diferencian al trigo de la cizaña, comenzando por el aspecto biológico.

El trigo es de la familia de las gramíneas, y sus granos son ricos en nutrientes para el cuerpo. Por otro lado, la cizaña, del género Lolium, crece mezclada a los trigales, infiltrándose como hierba dañina. Debido a su semejanza con el trigo, es casi imposible separarlos antes de que las espigas maduren. Otra diferencia es que el trigo da fruto, mientras que los granos de cizaña están infestados por un hongo que produce una sustancia tóxica (temulina), que causa perjuicios a las plantaciones y efectos graves para la salud, si fueran ingeridos.

Vea entonces que, si el trigo hace bien, porque provee un pan saludable, la cizaña hace mal, porque de esta puede ser producido un pan tóxico. Por eso, la Palabra de Dios hace alusión a la cizaña comparándola con los hijos de las tinieblas, ya que son engañosos y perversos. El trigo, por otro lado, representa a los nacidos de Dios, los auténticos hijos del Altísimo, que tienen en su vida y en su fe sinceridad y entrega.

Esta representación entre el trigo y la cizaña, en la plantación, comúnmente es vista dentro de las iglesias, donde hay falsos siervos infiltrados entre los verdaderos. Así como no existe una plantación solo de trigo, no hay una comunidad solo de salvos. ¡Ojalá la tuviéramos!

¿Y por qué no tenemos esa comunidad? Porque donde hay gente sincera, existen también los engañadores. Donde hay convertidos, existen también los que no lo son. Donde existe quien dice la verdad, existe también quien profiere mentiras. Eso vale como aviso para aquellos que buscan encontrar una iglesia “perfecta”, en la que todos los miembros sean confiables, buenos y fieles; donde no haya problemas y que todo corra de “mil maravillas”. ¡Sepa que eso jamás será posible! A fin de cuentas, donde hay trigo, hay también cizaña. Y, cuanto más crece la cantidad de trigo, más aumenta la cantidad de cizaña debido a la embestida maligna. Por lo tanto, debemos estar preparados para encontrar engañadores, mentirosos, adúlteros y personas sin el carácter Divino dentro de la Casa de Dios. Eso no es agradable, pero es la realidad vista tanto en los tiempos bíblicos como en los días actuales.

Estamos en la era del engaño, en la que el diablo, con cada vez más ansias para destruir a la Iglesia, ha hecho de todo para levantar a más y más cizañas, o sea, a personas inicuas en medio de aquellos que son de Dios. Y, por ser parecidos, solo el tiempo dirá quién es quién.

Entre las siete iglesias del Apocalipsis, solamente las iglesias de Esmirna y de Filadelfia fueron irreprensibles en su fe. Sin embargo, en medio de ellas nació la sinagoga de Satanás. Este tipo de congregación suele surgir en medio de la verdadera congregación de los santos, y su objetivo no es otro sino engañar a los inmaduros en la fe.

La sinagoga de Satanás surge con personas disfrazadas de “espirituales”, que se ocupan de mostrar lo que no son. Poseen apariencia espiritual, pero son totalmente hipócritas. Son conocedoras de las Escrituras e incluso impresionan por sus habilidades, pero son falsas. Por eso, y también por trabar el camino de los que anhelan la Salvación, ya están condenadas proféticamente, conforme está escrito en Mateo 23.

El objetivo de esa gente es sembrar discordias y rebeliones para intentar implosionar, destruir a la congregación en la que se encuentran. Fue lo que sucedió con Filadelfia y Esmirna, las dos iglesias impecables. Observe que las demás iglesias corrompidas no necesitaban tener una sinagoga satánica entre ellas, porque ya estaban contaminadas por otros pecados.

Yo conozco tu tribulación y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que son sinagoga de Satanás.

Apocalipsis 2:9

He aquí, Yo entregaré a aquellos de la sinagoga de Satanás que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, Yo haré que vengan y se postren a tus pies, y sepan que Yo te he amado.

Apocalipsis 3:9

Delante de esto, no permita que en su corazón sea sembrada la mala semilla. Vigile sus ojos, su mente, su lengua y sus oídos, porque Satanás se aprovecha de los pequeños descuidos que la persona da para minar su fe.

Mensaje sustraído de: Cómo Vencer Sus Guerras por la Fe (autor: Obispo Edir Macedo)

Si tienen alguna pregunta contáctenos