Lea este artículo con toda su atención, porque ustedes necesitan entender que mientras su vida siga sin liberación de los espíritus malignos, seguirá siendo dominada por ellos. Muchos de ustedes están sufriendo porque están siendo controlados y castigados a través de los espíritus de las enfermedades. Por ejemplo, muchos en este momento se sienten oprimidos, deprimidos, tienen ansiedades o desesperación y no entienden por qué. Es más, muchos están pasando por una gran miseria y fracaso, lo que les deja con una gran inquietud interna. Pero ustedes necesitan entender que, cuando uno no ha sido liberado y vive bajo el dominio de un espíritu maligno, no tendrá paz. Los espíritus de los que se está hablando perturban la mente y el corazón con rencores, resentimientos, amargura e incluso odio.
Pero vea cómo el Señor Jesús libera. La Palabra de Dios nos revela: “Entonces le trajeron un endemoniado ciego y mudo, y lo sanó, de manera que el mudo hablaba y veía” (Mateo 12:22). Según la Palabra, la ceguera del mudo no era algo que estuviera sufriendo físicamente. Uno tiene que entender que hay diferentes tipos de problemas: problemas físicos, problemas emocionales, problemas psicológicos. Pero hay problemas que son espirituales, y estos problemas espirituales son provocados por demonios que están dentro de uno.
La Palabra de Dios continúa: “Y conociendo Jesús sus pensamientos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no se mantendrá en pie. Y si Satanás expulsa a Satanás, está dividido contra sí mismo; ¿cómo puede entonces mantenerse en pie su reino? Y si yo expulso los demonios por Beelzebú, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces. Pero si yo expulso los demonios por el Espíritu de Dios, entonces el reino de Dios ha llegado a vosotros” (Mateo 12:25-28). Por lo tanto, cuando la Palabra habla de reino, se refiere a ser gobernado. Así como la vida de uno puede estar siendo gobernada por el Espíritu de Dios, también puede ser gobernada por un demonio.
Pero, ¿cómo sabe uno cuál de los dos está gobernando su vida?
Por los frutos espirituales que uno produce. Uno solo puede saberlo si reflexiona interiormente. Pregúntese: ¿Cuáles son los pensamientos o sentimientos que dominan su mente o corazón? Muchas personas dicen: “Yo tengo problemas” o “Yo sufro con problemas.”
¿Por qué?
Porque la vida de uno todavía está siendo gobernada por espíritus malignos o demonios. Cuando la vida de uno está siendo gobernada por el Espíritu de Dios, no tiene problemas. Uno enfrentará problemas, pero los vencerá. Sin embargo, si uno sigue siendo gobernado por un espíritu maligno, la vida de uno es dominada por los castigos y los problemas. Uno no tiene sosiego.
¿Cómo puedo resolver este problema?
Entrando en el Reino de Dios.
¿Cómo puede uno entrar en el Reino de Dios?
Entregando su vida al Señor Jesús. No es suficiente solo asistir a la iglesia. Uno tiene que estar en el Reino de Dios.