La Palabra de Dios dice: “Hijitos, es la última hora…” (1 Juan 2:18). Desde hace 2,000 años, Dios ha dicho está Palabra y hoy la humanidad está viviendo el último minuto. Acontecimientos como los cambios climáticos y las guerras que se han suscitado, principalmente en Israel, están apuntando para el fin de los tiempos, lo que muestra que no habrá más paz, sino la propagación de pandemias, el aumento de los terremotos en varias partes del mundo, etc… En sí, la situación en el mundo no se espera que mejore, sino que empeore. Pero, para los que viven por la fe, no debe interesar lo que acontezca, porque es Dios que nos da la paz y la seguridad de que venceremos.
La humanidad está viviendo el último minuto y en aquella época se decía que era la última hora, porque ellos vivían con 2 expectativas: la primera, era el regreso del Señor Jesús y la otra era que, a cualquier hora, iban a ser arrestados o muertos a causa de la fe, entonces ellos no podían perder el tiempo con las cosas de este mundo. La fe de ellos estaba enfocada en la salvación de su alma.
El último minuto puede ser para muchos el día de hoy, o también puede ser la última hora, el último año, el último mes, porque les ha llegado la hora de partir de este mundo. Es bueno cuestionarse a dónde el alma irá, porque ella tomará un destino que es vivir eternamente en la presencia de Dios o en la presencia del diablo, como lo describe la Palabra de Dios.
Lo principal que debe considerar el ser humano en su vida es su salvación y la salvación de otros. Ese fue el principal propósito del porque el Señor Jesús dio la vida por nosotros y, en el Espíritu Santo, encontramos lugar para el arrepentimiento de nuestros pecados para ser libres de la esclavitud del pecado.
Todas las desgracias que hay en este mundo, más todo lo que se suscita en el ser humano como el egoísmo, el egocentrismo, la arrogancia, la prepotencia, el orgullo…, viene del padre del pecado que es el diablo y comenzó en el paraíso cuando el hombre desobedeció. Adán tomó la decisión consciente y a su vez Eva, su esposa, escuchó la voz del diablo. (El acontecimiento lo puede encontrar en el libro de Génesis). Se debe de tener cuidado con lo que se escucha, porque muchas veces se da oídos a palabras que nos pueden llevar a una vida de dolor, sufrimiento, abandono, rechazo y de depresión.
La humanidad está viviendo el último minuto y yo le preguntó: ¿usted tiene la seguridad de la salvación de su alma? Cuando se vive en comunión con el Espíritu Santo, Él da la garantía de qué tomaremos posesión de lo que está prometido. Él nos da la garantía principal que es de la salvación de nuestra alma y el principal termómetro que se está viviendo con el Espíritu Santo es que uno se mantiene en la fe, en la salvación y el querer ser usado por Dios para que otros sean salvos. Un destaque de una persona que es salva es que ella no es egoísta, no vive solo para sí misma, no piensa solo en sí, sino piensa en la salvación de los otros. El principal propósito de que Dios de Su Espíritu es para ganar almas.
“En los postreros días -dice Dios-, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños”. Hechos 2:17. Para ganar almas, Dios no mira la edad, Él usa tanto a jóvenes como a ancianos. Estamos viviendo el último minuto y, sin mirar para nuestra condición o edad, si hay disposición Dios nos usará para la salvación de muchas almas. Incluso, para aquellos jóvenes que están estudiando una profesión, Dios usará esa profesión, no apenas para que se tengan buenos ingresos, sino para que a través de ella se ganen almas. Quien se dispone al Espíritu Santo, Él da la inspiración, recibe revelaciones a través de la Palabra de Dios e ideas para ser usados por Él y así poder ganar el alma de otros.
Muchas veces las personas se encuentran preocupadas por obtener las bendiciones materiales, de salud, de familia, etc. Es correcto perseverar por esas bendiciones, pero no es correcto preocuparse por ellas y priorizarlas. No podemos olvidarnos que es más importante el testimonio de nuestra salvación y ser usado para salvar a otros. Dejemos de preocuparnos de nuestros problemas y enfoquémonos en lo principal, si usted no ha recibido el Espíritu Santo, búsquelo con todo su ser, pero también disponga su tiempo para ser usado por Él para ganar almas.
Dios les bendiga.
