Formación o información (Parte 1)

Muchos estudiantes de la Biblia se han preocupado en adquirir informaciones al respecto de las cosas de Dios, pero han omitido la formación del propio carácter por el conocimiento de esas informaciones.

No hay ninguna duda de que cuanto mayor es el conocimiento de las Sagradas Escrituras mejor es el desenvolvimiento de la persona para luchar contra los problemas de este mundo, todavía no podemos simplemente pensar que eso es suficiente para nuestra protección. ¡De ninguna manera!

Los muchos conocimientos, a veces, hasta atrapan a la persona, porque ella piensa que por el mucho conocimiento de las Escrituras, es perfectamente capaz de salir bien en todas las situaciones, lo que no siempre es así.

Si esto fuese verdad, entonces los seminaristas, teólogos y doctores de la Biblia estarían realizando una obra monumental en todo el mundo en favor de la Iglesia del Señor Jesucristo, lo que en realidad e infelizmente es lo contrario.

En verdad ellos incluso han rehusado el Espíritu de Dios en la dirección de sus mensajes en función del gran conocimiento teológico de las Escrituras. El hecho es que hay una gran diferencia entre la formación espiritual y la información espiritual.

La formación espiritual trata del carácter que la persona recibe del Espíritu Santo en función de su práctica de la Palabra de Dios, mientras que la información espiritual sólo trata del conocimiento de la Palabra de Dios como tal, sin el temperamento del Espíritu Santo. Es por eso que la lectura de la Biblia debe ser precedida por una oración pidiendo a Dios que Su Espíritu ilumine los ojos del lector.

Los escribas, los fariseos y los saduceos son ejemplos claros de aquellos que son bien informados, pues eran hombres experimentados en la letra; tenían la ley en la punta de la lengua, pero no fueron capaces de reconocer o identificar en las profecías al Señor Jesús. Por el contrario, consideraban al Señor como una amenaza para sus ganancias en el imperio de la hipocresía.

Tenían grandes conocimientos de la ley, de las Escrituras, pero les faltaba oídos para que pudiesen oír lo que el Espíritu Santo les decía o revelaba, y como consecuencia de esto les faltaba el carácter de Dios que se forma en nosotros por la actuación del Espíritu Santo. Por esta causa el Señor advirtió a sus discípulos, diciendo:

“Estad atentos y guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos.”

Mateo 16:6

En otra ocasión dijo:

“Porque os digo que si vuestra justicia no supera la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.”

Mateo 5:20

Notemos también la profundidad de estas palabras del Señor Jesús:

“Por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca; y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca. Y todo el que oye estas palabras mías y no las pone en práctica, será semejante a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena; y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; y cayó, y grande fue su destrucción.”

Mateo 7:24-27

En estas palabras encontramos dos fundamentos: el de la vida y el de la muerte. El de la vida es para aquellos que no sólo adquieren conocimiento de la Palabra de Dios sino que también la practican. El de la muerte es para aquellos que se preocupan sólo con las informaciones de las Sagradas Escrituras.

continuara…

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