Había crecido el trauma de sentirse sentir no amada como hija

Su padre era un hombre violento y maltratador.

El padre de Julia Romero era un hombre violento y maltratador que deseaba que su propia hija no existiera, con esa horrible actitud por parte de su padre, en ella había crecido un gran trauma que la hacía sentirse no amada, puesto que siempre su padre le dejó claro que era una hija no deseada.

Julia Romero creció odiando a su progenitor, puesto que este, en su ensañamiento hacia ella, le reprochaba no ser su padre genético, solo para lastimarla. Estas palabras no solo causarían grandes heridas en su corazón, sino que además le hacía alimentar su odio hacia él.

Julia Romero se había convertido en una persona cerrada que no expresaba a los demás cómo se sentía realmente por dentro, prefería estar sola y contemplar en silencio sus deseos de quitarse la vida para acabar con tanto dolor forjado desde pequeña.

La necesidad de cambiar la vida que tenía hasta ese momento condujo a Julia Romero hasta las puertas de la Iglesia Universal, y a través de la fe que impuso en las cadenas de oraciones fue que entendió que lo primero que debía hacer era trabajar en perdonar a su padre, y fue así que por primera vez en su vida logró un cálido abrazo por parte de él.

Hoy en día suele no ser reconocida por su familia, puesto que gracias a que ahora cuenta con la guía del Espíritu Santo, luce como una persona nueva que radia alegría.

Testimonio Julia Romero.

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