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¡Haz que tu Suegra sea tu Segunda Mamá!

¡Haz que tu Suegra sea tu Segunda Mamá!

Muchas nueras y suegras viven en un constante conflicto, haciendo competencias innecesarias, buscando ser la única mujer en la vida del hombre en cuestión: es decir, del hijo o marido.

Esto pasa porque no logran comprender que cada una tiene su papel y su lugar de extrema y fundamental importancia.

La nuera necesita entender que la suegra es la mamá del hombre a quien ama, aquella que le ha dado vida, que se empeño por él desde su niñez, que lo educó, lo ha confidente, la primera referencia que él tuvo de una mujer. Quizá fue ella la primera persona que lo escuchó decir que se había enamorado de ti… Entonces ¿para qué pelear con ella?

La suegra, por otro lado, necesita entender que su nuera es la elegida por su hijo para compartir con ella roda su vida y escribir juntos una nueva historia.

Pero una suegra no debe estar triste por ya no poder cuidar a su hijo directamente, ahora su nuera lo hará.

La palabra de Dios nos enseña un lindo ejemplo de cómo debe ser la convivencia entre suegra y nuera por medio de la historia de Rut y Noemí. Rut admiraba tanto a su suegra, Noemí, que aún después de la muerte de su esposo, siguió amándola y cuidándola con mucho cariño.

Ellas fueron un verdadero ejemplo de amor, amistad, cariño, unión, fe y ¿porqué no decirlo? ¡Casi eran madre e hija!

Así deben de ser las relaciones entre nuera y suegra: una relación de respeto, cariño, admiración…. Incluso porque, mientras más amigables y unidas ustedes fueren entre sí, más llenarán de alegría al esposo o al hijo tan amado.

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