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La medición del santuario (Parte 1)

La medición del santuario (Parte 1)

«Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él. Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses» (Apocalipsis 11:1-2).

Antes de analizar la medición del santuario, nosotros tenemos que entender como él será nuevamente erguido. El profeta Ezequiel habla de los días que precederán a la reconstrucción del templo, cuando dice:

«La cortina de la entrada del atrio era de obra de recamador, de azul, púrpura, carmesí y lino torcido; era de veinte codos de longitud, y su anchura, o sea su altura, era de cinco codos, lo mismo que las cortinas del atrio. Sus columnas eran cuatro, con sus cuatro basas de bronce y sus capiteles de plata; y las cubiertas de los capiteles de ellas, y sus molduras, de plata. Todas las estacas del tabernáculo y del atrio alrededor eran de bronce. Estas son las cuentas del tabernáculo, del tabernáculo del testimonio, las que se hicieron por orden de Moisés por obra de los levitas bajo la dirección de Itamar hijo del sacerdote Aarón. Y Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá, hizo todas las cosas que Jehová mandó a Moisés. Y con él estaba Aholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan, artífice, diseñador y recamador en azul, púrpura, carmesí y lino fino» (Éxodo 38:18-23).

La sexta trompeta revela que la tercera parte de la humanidad será destruida. Eso deberá acontecer a través de una guerra mundial con uso de armas nucleares. acreditamos que esa guerra tendrá inicio en el Oriente Medio, teniendo en cuenta que los cuatro ángeles de la guerra serán sueltos junto al río Éufrates. Además de eso, el Dueño de la Roca y la Mezquita de Omar tendrán que ser arrasados o destruidos, pues la reconstrucción del templo en Jerusalén no podrá ser en otro lugar sino ahí donde está la Mezquita de Omar. Pero para eso se vuelva realidad, solamente una guerra o un terremoto podrá colocar debajo de este santuario musulmán, ya políticamente, esto es imposible. Y la profecía de Ezequiel encima apunta justamente para este acontecimiento, porque Dios mismo hará eso posible, cuando dijo: «… en aquel día será fuertemente sacudida la tierra de Israel…» Y es ahí que los judíos reargüirán su propio templo, tan esperado, de Jerusalén.

Si atentamente analízanos el capítulo once de la Apocalipsis, vamos a constatar que los acontecimientos allí relatados son realmente una parte del capítulo anterior, donde el ángel poderoso o el Señor Jesús, toma posesión de la tierra al colocar Sus pies sobre ella. Y también, en el final del capítulo diez, este _ángel fuerte parece ordenar al apóstol que continue profetizando. Y aquí en el capítulo once, él recibe una nueva orden: Disponte, y mide el santuario de Dios. Entonces, parece haber una relación íntima entre el final del capítulo diez y el undécimo del capítulo once, pues la orden viene del Hijo de Dios que juró que ya no habría más demora después de la séptima trompeta.

Continuará…

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Libro: Estudio del Apocalipsis Vol 1
Autor: Obispo Edir Macedo