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La paz de Dios

La paz de Dios

La Palabra de Dios nos describe: Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. Filipenses 4:7. En Su Palabra Dios habla de la mente y del corazón, porque nuestra victoria o derrota depende de lo que guardamos en ellos. Lo que es cultivado en la mente es transmitido al corazón. Lo malo no está en lo que acontece en nuestro entorno o a nuestro alrededor, sino cómo nuestra mente y nuestro corazón lo reciben, por eso es de suma importancia que tanto la mente y el corazón estén guardados por el Señor Jesús.

¿Qué es lo que tengo que hacer para tener la paz de Dios? La paz no depende de lo que acontece o no acontece en el exterior, la paz está en el corazón y en la mente. Esa paz es la confianza o la certeza plena, que pase lo que pase, venga lo que venga, se va a vencer y a conquistar lo que está prometido y es por lo consecutivo que habrá paz en el interior.

Cuando se tiene la paz de Dios hay seguridad de que se vencerá y se conquistará. Quien tiene la paz de Dios, vence principalmente los problemas espirituales como son: las tentaciones, las pruebas, las tribulaciones, las injusticias… Sólo teniendo la paz de Dios es que se puede vencer y es ella que no permite que nos preocupemos por todo lo que está aconteciendo en nuestro alrededor, para así evitar que algún pensamiento maligno entre en nuestra mente y en nuestro corazón.  Tenga esto siempre en mente lo que determina nuestras acciones, reacciones, decisiones, etc. Es lo que está guardado en la mente y en el corazón.

Domingo 16 de abril

Para tener la paz de Dios, la Palabra de Dios nos orienta lo siguiente: “Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos la paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. Romanos 5:1. Ser justificados por la fe significa que uno escuchó la Palabra de Dios, creyó y asumió lo que Jesús hizo por nosotros en la Cruz, para que en Él podamos tener la salvación y por nosotros haber reconocidos que somos pecadores y que Él es nuestro Salvador que perdona nuestros pecados, tomamos la decisión de entregarnos a Él colocándolo en nuestra vida como prioridad, esto es en primer lugar.

Cuando una persona se entrega al Señor Jesús, ante los ojos de Dios, se convierte en una persona justa, Él pasa a ser nuestra prioridad y en segundo lugar la familia. Nuestros pecados son borrados y Dios nos considera por el Señor Jesús, porque el ser humano sigue siendo fallo y pecador, pero en el Señor Jesús somo justificados por la fe, convirtiéndonos en personas justas y por la fe se mantiene una comunión con Él.

Para poder tener la paz de Dios, tenemos que tener paz con Él, y cuando uno está en paz con Él, la conciencia está limpia, tranquila, y para lograr esto es a través de tener un compromiso con Él y estar en obediencia a Su Palabra.  Una persona problemática no da paz a nadie, por cualquier cosa pelea, discute, reclama… Porque esa persona no tiene la paz de Dios que es la certeza de que vencerá y sobre todo la paz que es la seguridad de la salvación.

Nuestra mente y nuestro corazón están guardados cuando tenemos una relación con Dios y eso por consecuencia provoca la paz que solo puede venir de Él. No interesa lo que pasa exteriormente, porque a través de los acontecimientos o enfrentamientos de la vida diaria, satanás busca conseguir entrar en el corazón y en la mente para dominarlas. Si satanás logra dominar la mente y el corazón, él logra manipularnos a su manera.

Dios quiere guardar su mente y su corazón, para que tenga la paz que solo Él le puede dar, si usted no a asumido un compromiso con Él, es su oportunidad de tomar una decisión y someterse en obediencia a Su Palabra y tener una relación con Él. Es así que usted podrá comprobar por usted mismo la paz que nadie más le puede dar sino solo Él y por lo consecutivo usted vencerá y conquistará, pero principalmente obtendrá su salvación.

Dios les bendiga.