La Sexta Trompeta De Juicio (Parte 2)

Aquello que los cuatro ángeles son y lo que hacen es lo que constituye el juicio de esta sexta trompeta. Cuando ellos fueron sueltos por el ángel que tocó la sexta trompeta, entonces un ejército de doscientos millones de caballeros, montados en sus caballos saldrían a matar. Esos son ángeles diabólicos. Pues los ángeles celestiales, están siempre libres y al servicio de Dios, además de eso, ellos jamás tendrán cualquier razón para estar presos.

Pero, tanto la prisión de estos cuatro como los doscientos millones, tuvo una única razón: fueron reservados justamente para la hora, el día, el mes y el año en que serían sueltos con el fin de ejecutar el juicio de la sexta trompeta contra la humanidad. Estos cuatro demonios especiales lideran los doscientos millones de caballos y sus caballeros, pues, con la soltura de ellos, estos millones de seres demoníacos, a través del fuego, del humo y del azufre es diezmada la tercera parte de la humanidad, lo que representaría casi dos millones de seres humanos, si este juicio fuese hoy. Aunque toda la ejecución de esta mortandad esté a cargo de Satanás, aun así, esto acontecerá como juicio bajo la permisión de Dios.

Es muy probable que estos doscientos millones de seres infernales sean los espíritus guías de aquellos que comandarán a más terribles guerras mundiales. Hasta ahora, los hombres que tienen el poder de accionar los botones, para hacer desaparecer ciudades enteras a través de bombas nuclear, son poseídos por demonios, sin embargo, esos no tienen la permisión divina para así impulsarlos. Pero cuando aquellos doscientos millones de seres satánicos fueran sueltos, incluso justamente para esa finalidad, entonces ellos actuarán con toda libertad para impulsar a los hombres a soltar sus bombas asesinas.

El fuego, el humo y el azufre son, en la verdad, los elementos que caracterizan las guerras nucleares. Aunque nosotros podamos tener una idea de aquello que va a acontecer, por lo que hemos visto en los films, aun así, la realidad será completamente diferente de aquello que nosotros imaginemos. E incluso así, el resto de los hombres que sobreviven a esta catástrofe, es decir, los dos tercios de la humanidad, que hoy estarían en el alcance de cuatro billones, no se arrepentirán de las obras de sus manos, para dejar de adorar a los demonios, y a los ídolos de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, que no puede ver, ni oír, ni andar. Tal vez el lector pregunte:

¿Pero quién adora a los demonios o a los ídolos? Bien, todas las personas, sin excepción, que han procesado una fe o no, y que no están debidamente encuadradas dentro del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, es decir, las personas que no practican la Palabra de Dios, directamente o indirectamente, adoran a los demonios o a los ídolos. Incluso aquellos que no creen en nada, ni incluso en Dios, son idólatras.

Pues hacen de sus hijos, o padres, o dinero, o incluso bienes inamovibles, o sus ídolos. Vea como Dios revela para el apóstol Juan con claridad de lenguaje, diciendo:

«Los otros hombres, que no murieron con estas plagas, NO SE ARREPINTIERON de las obras de sus manos, para dejar de adorar a los demonios, y a los ídolos de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, que no pueden ver, ni oír, ni andar. NI SE ARREPINTIERON de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su prostitución, ni de sus hurtos» (Apocalipsis 9:20-21).

Continuará…

Si le interesa lea también: La Sexta Trompeta De Juicio (Parte 1)

Libro: Estudio del Apocalipsis Vol 1
Autor: Obispo Edir Macedo

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