¿Qué es el hombre? (Parte I)

De acuerdo con la Biblia, el hombre tiene una constitución física y espiritual, habiendo sido creado como una trinidad: espíritu, alma y cuerpo. (Así como Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo.) Las Escrituras muestran la división del ser humano en tres partes, afirmando, inclusive, que Dios desea santificar cada una de estas. Vea:

“Y que el mismo Dios de paz os santifique por completo; y que todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.”
1 Tesalonicenses 5:23

El ser humano difiere de los animales porque solamente él está compuesto por esa trinidad, que le fue dada por Dios en la finalización de Su obra. El cuerpo de Adán fue moldeado del polvo de la tierra y, para que el aliento de vida entrara en él, el Todopoderoso sopló en su nariz. Solamente él recibió ese toque. Nadie más.

“El Espíritu de Dios me ha hecho, y el aliento del Todopoderoso me da vida.”
Job 33:4

El soplo del Altísimo hizo que el ser humano se tornara a Su imagen y a Su semejanza (Génesis 1:26-27). Aunque el hombre tenga una constitución física, también está dotado de la parte espiritual, así como Dios lo está. Por lo tanto, el aliento de la vida puede estar en todos los seres vivos, pero solamente la raza humana comparte con el Altísimo el privilegio de ser una trinidad. Veamos las diferencias entre espíritu, alma y cuerpo:

   1) Del espíritu viene la inteligencia y la capacidad de interactuar con el mundo espiritual.

Es en el espíritu donde están la sabiduría, el talento y la inteligencia. Una persona que tiene habilidad para las matemáticas, para las artes o para el canto, por ejemplo, recibió ese talento prestado de Dios. El Altísimo les distribuye Sus talentos a los seres humanos con justicia y diversidad; por eso, hay personas con habilidades diferentes unas de las otras, pero todas son divinamente capacitadas con un provechoso intelecto. Es a través del espíritu que el ser humano recibe la consciencia del bien y del mal, y la capacidad moral de hacer lo que es recto, de pensar, pesar, evaluar y aprender a tomar decisiones.

Otra función fundamental del espíritu es posibilitarle al hombre la comunicación con Dios. Por eso, podemos decir que el espíritu Siendo el Altísimo ESPÍRITU, Él Se comunica con el espíritu humano. Esto es, Dios habla de Espíritu a espíritu, como dicen las Escrituras: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu [no al alma] de que somos hijos de Dios” (Romanos 8:16).

Note que uno es el Espíritu de Dios y el otro es el espíritu del hombre. Es el espíritu humano el que recibe la Palabra de Dios y Su influencia para que se arrepienta y use la fe. Es en el espíritu que desarrollamos una conciencia espiritual sobre Dios y Sus pensamientos. Por lo tanto, es nuestro espíritu el que nos diferencia de todas las demás criaturas de Dios.

Al buscar al Señor, es fundamental saber que Él es Espíritu, pues toda la adoración rendida a Él solo será aceptada si es hecha con sinceridad y por el espíritu. O sea, el Altísimo no Se satisface con una adoración basada en emociones y sentimientos humanos. Por eso, el Señor Jesús dijo:

“Dios es Espíritu, y los que Le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad.”
Juan 4:24

El plan original de Dios al crear al ser humano fue que el alma fuera continuamente conducida por el espíritu; pero, al caer, Adán le entregó su alma a la esclavitud del pecado, y su carne pasó a prevalecer.

Continuará…

Si le interesa lea también: Secretos y Misterios del Alma (parte II)

Libro: Secretos y Misterios del Alma
Autor: Obispo Edir Macedo

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