Claudia Mejía se vio forzada a crecer sin el amor de su madre, quien permanecía en Colombia, se vio forzada a vivir con su padre en los Estados Unidos con quien llevaba una helada relación. Sentía la ausencia del amor de sus padres y aunque fuera por razones diferentes, su dolor no iba a sanar con tal justificación.
Cuando tuvo la oportunidad se fue del hogar con quien fuera su pareja, pero al ser él parte de la santería la terminó arrastrando por un camino oscuro y desconocida para ella. Tras tener un hijo juntos, la relación nunca mejoró llegando al punto de ser violentada físicamente por lo que no tuvo más opción que abandonar a su marido por el bien de su hijo.
Recibió la invitación, por parte de su cuñada, de participar en la Iglesia Universal, un lugar donde pudo ser liberada de todas aquellas desgracias que acosaban su vida, tras cruzar la puerta se le hizo inevitable contener las lágrimas. Hoy día gracias a la bendición de Dios y del Espíritu Santo ha logrado conseguir una nueva pareja con quien disfruta junto a sus tres hijos del amor que tienen para darse.
Testimonio Claudia Mejía.