José Serna era un hombre que sufría de diversas adicciones, en un intento de cambiar su vida se mudó a la ciudad de Los Ángeles donde su problema con el consumo solo empeoró con el transcurso del tiempo. En su lugar de trabajo conoció a personas con las que no solo seguiría empeorando su vicio, sino que también se dio la oportunidad de adentrarse en el mundo del narcotráfico.
José Serna era consciente de que llevaba una vida criminal aun así se sentía cómodo con los beneficios económicos que el transporte de estupefacientes le dejaba. Pero tarde o temprano tuvo que enfrentar las consecuencias de sus actos, fue arrestado y tuvo que pasar dos años tras las rejas.
Prometió a Dios que si lo ayudaba a salir de aquella situación se entregaría a Él y lo seguiría en su sendero, pero una vez fuera de prisión José incumplió su palabra y cayó en una vida de miseria en las calles.
Un día llegó a la reflexión de que todo este tiempo no había recibido la ayuda divina de parte de Dios debido a que quien había incumplido primero había sido él quien no respetó su compromiso con Dios.
Llegó a la Iglesia Universal para cumplir su palabra y una vez se entregó a Dios a través de la oración logró experimentar la verdadera paz y desterrar de él esos vicios que lo habían llevado a una vida de desgracias.
Testimonio José Serna.
