Existe una gran diferencia entre haber tenido una experiencia con el poder de Dios y tener una experiencia con Dios. El primero es el poder que sana, libera, prospera, bendice a la familia, etc. Pero, hay una experiencia que va más allá y es el tener una experiencia con el propio Dios. Como ejemplo podemos mencionar a los 10 leprosos que el Señor Jesús sanó, ya que sólo uno regresó a alabarlo y darle las gracias. Cuál fue la razón de que solo uno regresara, ya que la lepra en aquel tiempo era incurable, y esos 9 hombres habían sido sanados de manera extraordinaria. La razón fue porque los 9 hombres que no volvieron no tuvieron una experiencia con Dios, pero aquel que volvió sí.
Aun teniendo experiencias con el poder de Dios, pasarán situaciones que la experiencia con el poder de Él no va a ser suficiente para mantenerse en la presencia de Dios, por eso la necesidad de tener un encuentro con Él, para tener un alma prospera. La Palabra de Dios describe: “Amado, ruego que seas prosperado en todo así como prospera tu alma, y que tengas buena salud”. 3 Juan 1:2. ¿Cómo podemos saber que nuestra alma es prospera? El principio de este conocimiento es tener la certeza plena de nuestra salvación. La riqueza del alma es ella saber que es salva y, todas las personas que son salvas, quieren salvar a otras y se ponen a la disposición de Dios para que a través de su salvación otras almas sean salvas.
Otra muestra de tener un alma prospera es que la persona no enfoca más su fe en sus problemas, sino su enfoque está en la Palabra de Dios, en las promesas de Él. A causa de eso no es vencido por la ansiedad o por el miedo, porque la fe está enfocada en las promesas de Dios. Quien es de Dios, no Lo busca apenas para resolver problemas, Lo busca para que Sus planes y Sus propósitos se cumplan en su vida. Cuando el alma es prospera, ella prospera en todo, esto es, se enfrentan luchas y problemas, pero como se vive por la fe sobrenatural, uno impone y derrota a los problemas, porque se tiene la certeza de que se va a vencer.
Si una persona pone su vida en el altar, se dispone a Él, es por lo consecutivo que Él le dará de Su disposición y eso es para tener la paz de la salvación y segundo para que se pueda vencer. Por ejemplo, ¿usted quiere ver su a familia cambiada? Para que usted pueda ver esta situación cambiada, usted tendrá que cooperar con Dios, colocándose a la disposición de Él para que le pueda usar para salvar a su familia. Y, si Dios le usará para salvar a su familia, es por lo consiguiente que Dios le usará para salvar a otros. Por igual si su alma es prospera es por lo consecutivo que usted verá resultados en su fidelidad hacia Dios con los diezmos, ofrendas y sacrificios que usted realiza y su vida financiera avanzará.
Lo principal de la salvación eterna que se logra a través de la fe, es tener testimonio. La biblia describe: “A estos también, después de Su padecimiento, se presentó vivo con muchas pruebas convincentes, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles de lo relacionado con el reino de Dios”. Hechos 1:3. El alma prospera significa que nosotros estábamos Muertos en nuestros delitos y Él nos dio vida. “Y con Él nos resucitó y con Él nos sentó en los lugares celestiales en Cristo Jesús”. Efesios 2:6. Si usted quiere vencer en el mundo terrenal, primero usted tiene que vencer en el mundo espiritual. Cuando el alma es prospera, uno vence y el propio testimonio de uno sirve para levantar a otros testimonios. Así como usted es un vencedor a través de la fe, a través de su testimonio, usted levantará a otros vencedores, edificará otras vidas y ayudará a otras personas en su fe, comenzando en su casa. La fe verdadera genera cambios, tanto en uno mismo como a través de uno. Y esta debe ser su ocupación, pero ¿será que la fe que le fue dada por el Espíritu Santo está generando cambios en usted, usted está avanzando, está creciendo en la fe o usted sigue estancado en la fe?
Cuando uno vive en los lugares celestiales, uno ve sus problemas de arriba hacia abajo y cuando se está en el mundo terrenal, las personas miran sus problemas de abajo hacía arriba. La acción de la fe y la reacción de la fe no es un intento, por ejemplo, en Hebreos 11:29, dice: “Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca, y cuando los egipcios intentaron hacer lo mismo, se ahogaron”. Los egipcios intentaron caminar por el Mar Rojo, pero en el camino de la fe, no existe el intento, simplemente se cree o no se cree.
La vida vivida por la fe, no es una vida de intento y cuando el alma es prospera ella no intenta, ella está segura que vencerá. Para poder ver lo sobrenatural en nuestra vida, es necesario tener el Espíritu Santo y tener una vida de comunión con Dios, es así que usted puede considerar que su alma es prospera. Si usted aún no tiene un alma prospera, crezca espiritualmente, busque tener un encuentro con Dios y usted será más usado por Él. Y para tener testimonio, usted va a tener que enfrentar luchas que son parte del proceso y del propósito de Dios, pero como usted está en los lugares celestiales, es con seguridad que usted se va a aferrar a la Palabra de Dios y a Sus Promesas, y esto le llevará al camino de la conquista.
Dios les bendiga.
