En conocimiento de la palabra

Cuando una persona alcanza la salvación a través del don perfecto del Señor Jesucristo, siente el deseo de llevar esta misma bendición a los que están perdidos en este mundo. Es ahí cuando, impulsada por el Espíritu Santo, inicia su ministerio particular de ganar almas para el Reino de Dios. Cuando estamos preocupados en ganar el pan nuestro de cada día, tenemos que trabajar, ya que solamente con el sudor de nuestra frente es como lo conseguiremos. Para hacer alguna cosa en pro de la Obra de Dios, tenemos que “sudar” nuestro corazón delante de Dios en búsqueda de Su santa voluntad para nuestra vida. Y esto sólo es posible con el conocimiento de la Sagrada Escritura.

Cuando alguien sale en busca de almas tiene que estar consciente de una cosa: se enfrentará con fuerzas espirituales de maldad. Su lucha dejará el campo material para ser, exclusivamente, del campo espiritual. Tendrá que luchar contra los espíritus que dominan este mundo tenebroso. Para que su lucha sea victoriosa debe tener un “almacén” de conocimientos de la Palabra de Dios, pues es la única arma que tenemos a nuestra disposición para vencer las huestes de maldad.

“Porque la Palabra de Dios es viva, eficaz y más cortante que toda espada de dos filos: penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12).

El apóstol Pablo, procurando armar de forma general a todos los cristianos, nos da la receta de la armadura de Dios (Efesios 6:10-18) y habla de la Palabra de Dios como la verdadera espada del Espíritu Santo. El cristiano precisa estar consciente de esta Palabra, a fin de que pueda usarla contra las fuerzas del mal. Como ejemplo tenemos la situación de cuando el Señor Jesús fue tentado por satanás en el desierto. Utilizó únicamente la Palabra de Dios para vencerlo, pero es interesante notar que satanás, conocedor también de la Palabra, la usó para tentarle (Mateo 4:1-11). La tónica de la victoria de Jesús sobre satanás en la tentación fue exclusivamente “Está escrito”, citando a continuación partes de las Escrituras.

Varias veces tuvimos la oportunidad de ver la eficacia de la Palabra de Dios en oraciones en favor de personas perturbadas. Me acuerdo de una ocasión, cuando una mujer joven y fuerte estaba poseída por una legión de demonios. Casi había conseguido agotarme las fuerzas y, a pesar de haber clamado asiduamente en el Nombre del Señor Jesús, ella continuaba poseída. Fue cuando cité la Palabra de Dios y seguidamente ordené salir a los demonios con autoridad y definitivamente en el Nombre del Señor Jesús, que la joven quedó libre de aquellas huestes malignas.

No siempre el usar el nombre de Jesús pura y simplemente resuelve el problema; es necesario recurrir a alguna parte de la Biblia para que los demonios sepan que quien les ordena salir tiene el conocimiento de los derechos dados por el Señor Jesús.

El diablo precisa tener la certeza de que el cristiano no es ningún ignorante intentando mostrarse delante de los hombres a su costa. Debemos demostrarle a satanás que somos personas de Dios, y que Él, a través del Señor Jesucristo, nos concedió poder sobre los demonios y que somos conscientes de nuestras responsabilidades mediante las promesas del Señor Jesús que guardamos en nuestro corazón.

Siendo así, es por lo que aconsejamos a todos leer asiduamente la Sagrada Biblia en su totalidad.

Continuará…

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Libro: En los Pasos de Jesús
Autor: Obispo Edir Macedo

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