“Si él pusiera sobre el hombre su corazón y retirara su espíritu y su aliento, todo ser humano perecería a un tiempo y el hombre volvería al polvo” Job 34:14-15
El espíritu de humildad es una de las sublimes virtudes de Dios. Todos los seguidores del Señor Jesucristo tienen a su disposición el aliento de su Santo Espíritu para guiarlos de acuerdo con Su voluntad. La humildad es una de las principales virtudes necesarias para que el cristiano pueda seguir al Maestro.
“…Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.” Romanos 8: 9
La virtud del Espíritu Santo es el aliento para que sus hijos exhalan el perfume del Señor Jesús aquí en la Tierra. El Espíritu de humildad, el de amor, el de alegría, el de dominio propio y el de paz son virtudes de Dios para sus hijos.
Una persona que se dice cristiana, pero no exhala la fragancia del Señor Jesús, o sea, la humildad, se engaña a sí misma. Ella incluso puede hablar en lenguas extrañas y manifestar otros dones espirituales, pero si hubiera un mínimo del espíritu de orgullo en su vida, entonces, el espíritu que está en ella no es el de Dios.
Es necesario tener mucho cuidado con el corazón, pues el espíritu de orgullo se aloja en él. El orgullo sólo se apodera del corazón cuando no está el espíritu de humildad. No se puede olvidar el ejemplo de Lucifer, qué andaba en el brillo de las piedras y lideraba a todos los ángeles celestiales. ¡Hasta que el orgullo lleno su corazón y se rebeló contra Dios! Este orgullo no fue colocado por otro ser. Nació dentro de él; tal vez, debido a la codicia de sus ojos.
Continuará…
Libro: El Señor y el siervo
Autor: Obispo Edir Macedo

