Hay algo profundamente revelador en detenerse, por un instante, a reconocer lo que uno siente. Saber nombrar la emoción que habita en ti —en la mañana, en medio del trabajo, al final del día— es más que un ejercicio de conciencia: es una forma de recuperar el control sobre tus actos y tus elecciones. Y cuando aprendes no solo a identificar, sino también a manejar esa emoción, algo cambia. La seguridad interior comienza a echar raíces.
La autoestima no nace del aire. Se forma a partir de lo que sentimos y de cómo interpretamos esas emociones. Es un reflejo de cómo nos vemos y, en gran medida, de cómo nos tratamos a nosotros mismos. Cuando hay confianza, emergen la alegría serena, el orgullo tranquilo, la satisfacción de saberse capaz. Pero cuando la mirada hacia uno mismo se vuelve dura o incierta, no es raro que aparezcan la ansiedad, la tristeza o el miedo. El entorno también influye: las voces que escuchamos, los gestos que recibimos, los logros que alcanzamos. Todo deja huella. Cuando somos alentados, reconocidos, celebrados, algo se enciende dentro. En cambio, las críticas constantes y las dudas sembradas por otros pueden apagar poco a poco la luz de la confianza.
Por eso, aprender a leer nuestras emociones, a cuestionarlas sin miedo, es un acto de amor propio. Porque una autoestima fuerte no se impone; se construye, emoción a emoción, día a día.
Nuestra misión es romper el silencio sobre este tipo de temas. Manténgase actualizado e informado con Rompiendo el Silencio todos los días a las 4pm en Vision Latina 57.1 Si no pudiste vernos a las 4pm, recuerda que puedes encontrarnos a las 8pm en Visión Latina Radio 96.7
Para más detalles sobre nuestro programa visítenos en facebook en
Programa Rompiendo el Silencio