¿Cuál es la verdadera invitación?
Tal vez la palabra se oiga fácil o simple, pero invitar es algo difícil de hacer, aunque necesario.Y aunque parezca algo común, su importancia va mucho más allá.


Pero, ¿por qué es necesario?
Le daré un ejemplo general: supongamos que usted le está haciendo una fiesta de cumpleaños o unos quince años a su hijo o hija. Normalmente, uno celebra que esa persona nació y que tiene una gran importancia en la familia. Y para demostrar esa importancia, uno quiere realizar una gran fiesta, no una pequeña.

Amablemente, empieza a mandar mensajes, llamar a los familiares, amigos y conocidos para que vengan y llenen aquella festividad que está organizando. Y cuando uno hace una fiesta, hace de todo: le dice a la gente que habrá buena comida, música y mucho más. Incluso, uno invierte lo más posible para que no falte nada.
De la misma forma, cuando se trata de la fe, invitar también requiere dedicación y esfuerzo.


Todo esto solo para cumplir con aquella fiesta. Ahora, no se está diciendo que hacer fiestas sea malo ni nada de eso; simplemente se quiere demostrar la importancia y la necesidad que existe de invitar.
Invitar es un movimiento constante que nunca se detiene cuando alguien quiere seguir los pasos de Jesús. De la misma manera que uno desea llenar un local para una fiesta, muchos seguidores de Jesús quieren llenar la casa de Dios del mismo modo.
Y es aquí donde entendemos que Jesús fue el mayor ejemplo de lo que significa invitar.

Por eso la Biblia nos enseña así:
“Aconteció después, que él andaba de ciudad en ciudad y de aldea en aldea, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios.” (Lucas 8:1)


“Aconteció después”
En esta frase no solo vemos que el ministerio de Jesús nunca se detenía, sino que, después de realizar milagros, sanar y llevar al arrepentimiento, Él seguía adelante. Mejor dicho, la invitación nunca se detenía, y tampoco había un mal momento para hacerlo.
Un detalle muy importante es que Él iba hacia ellos y nunca se quedaba en un solo lugar esperando. Porque esta invitación a la salvación es para todos, sin importar su estatus ni el tamaño de su comunidad.

Hoy, esa misma fe continúa.
Cada semana, los coordinadores del EVG salen a compartir la Buena Noticia a través del proyecto Punto de Oración. Durante este tiempo, se entregan alimentos, ropa, Biblias y oraciones, pero, sobre todo, una palabra de fe para fortalecer a quienes la escuchan. Los coordinadores también se ofrecen a tomar el número de la persona por si necesita más ayuda.

Si usted reside en Los Ángeles, California, y le gustaría saber más, acompáñenos en los servicios de fe en 625 S Bonnie Brae St, Los Ángeles, CA 90057, o en la Iglesia Universal más cercana a usted.
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