Dios es juez justo, y un Dios que se indigna cada día contra el impío. Y si el impío no se arrepiente, Él afilará Su espada; tensado y preparado está Su arco. (Salmos 7:11-12)
Los ojos de Dios sondean y juzgan los propósitos e intenciones del alma humana.
Y se enoja cada día con los impíos, porque vive en la práctica del pecado de iniquidad e injusticia. Dios declara en Su Palabra que si los impíos no se arrepienten, sufrirán el daño de la muerte eterna.
Mensaje sustraído del blog de señora Ester Bezerra
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