Finalmente, lo que el discípulo del Espíritu Santo necesita tener siempre presente es el plan de Dios para su vida. Muchos han sido sinceros, pero también han estado en una gran confusión con respecto a la voluntad de Dios para sus vidas.
La verdad es que ellos aprendieron que Dios tiene un plan determinado para sus vidas, cuando en realidad no es así. El plan de Dios sigue el siguiente orden:
•Primero: Dios tiene un plan para salvar a la humanidad en cada generación. Eso significa que en cada generación hay un plan divino que es adaptado a las condiciones de aquella generación para su salvación.
•Segundo: De acuerdo con ese plan, Dios escoge a las personas adecuadas de aquella generación para llevarlo a cabo.
•Tercero: En seguida, Dios da las condiciones para que estas personas puedan ejecutar Su plan.
Dios tenía un proyecto: construir un pueblo santo, que no fuese idólatra como todos los pueblos que existían sobre la faz de la tierra, para que viniese a nacer Su Santo Hijo Jesús. En seguida, Él escogió a un hombre que pudiese ejecutar este proyecto: Abraham. Y, finalmente, le dio las condiciones necesarias para llevarlo a cabo.
Cuando Dios planeó librar al pueblo de Israel del yugo egipcio, llamó a Moisés y le dio la condición de Dios sobre su hermano Aarón, diciendo:
“Y tú le hablarás, y pondrás las palabras en su boca; y yo estaré con tu boca y con su boca y os enseñaré lo que habéis de hacer. Además, él hablará por ti al pueblo; y él te servirá como boca y tú serás para él como Dios.”
Éxodo 4:15-16
Cuando Dios quiso que Su pueblo invadiese Canaán y expulsase a sus habitantes, levantó a Josué; cuando su pueblo Le pidió un rey, le dio a Saúl, pero como éste no correspondió al plan divino, entonces el Señor levantó a otro que atendiese Su voluntad: David.
En todas las épocas Dios ha levantado hombres para que le ejecuten Su plan dándoles condiciones especiales para eso. Es decir: ¡Su autoridad divina! ¡No existe un sólo siervo de Dios que no tenga Su autoridad sobre satanás y todo su infierno!
Está claro que no todos han usado esta condición especial; ¡y es por eso que muchas veces la Iglesia de Nuestro Señor ha sido un fracaso! ¡Pero la culpa no es de Dios! ¡La culpa es de aquellos que han escondido sus talentos con miedo de perderlos! ¡Conviene destacar que el Señor jamás utilizó personas débiles, cobardes, tímidas o miedosas! Al contrario, todos los héroes de la fe de la Biblia fueron personas de intrépido corazón que no tenían miedo de equivocarse.
Muchas personas por miedo a equivocarse, no se han arriesgado; sin embargo no hay otra manera de conquistar algo, que no sea por medio de los intentos, que dígase de paso, exigen riesgo. ¡Aquellos que no se arriesgan jamás podrán saber si conquistarán o no la fortaleza que tienen delante!
La verdad es que la obra de Dios exige riesgos, y hasta el de la propia vida terrenal. La Biblia está repleta de ejemplos, incluso de muchos cristianos de la Iglesia Primitiva que tuvieron que sacrificar sus vidas a causa de su fe, pero eso no significa que aquéllos que permanecieron vivos dejaron de seguir arriesgándose.
¡La verdad es que para estar dentro del plan de Dios no se puede mirar atrás y quedarse con miedo de arriesgar nuevamente sólo porque la vez pasada no dio el resultado esperado! El Señor Jesús dijo lo siguiente:
“Y desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo conquistan por la fuerza.”
Mateo 11:12
continuara…
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