Con tantos caminos en la vida, ¿cómo saber si estoy en el correcto o en el equivocado?
Todo en la vida tiene un principio y un fin. Todos vivimos la etapa de la escuela, pero con el tiempo y el esfuerzo crecemos, nos graduamos y nos convertimos en adultos. La vida espiritual es igual: nacemos, crecemos y después partimos de este mundo. Ahí está el problema: muchos no saben a dónde irá su alma. Por eso, la Biblia nos alerta sobre la salvación de esta manera:
“Buscad al Señor mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cerca” (Isaías 55:6).

Cada día, con cada momento que pasa, nos acercamos más al regreso de Jesús. Después de ese día, muchos lo buscarán y ya no lo encontrarán, pues habrán perdido la oportunidad.

Conocer a Dios es una decisión personal que pide dedicación, oración, leer la Biblia y obediencia.
Aquí, la Biblia dice que la oportunidad de salvación no dura para siempre. Por eso, arrepentirse y acercarse a Dios es urgente.


“Abandone el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase al Señor, que tendrá de él compasión, al Dios nuestro, que será amplio en perdonar” (Isaías 55:7).
La palabra “impío” significa una persona que vive apartada de los caminos de Dios. Pero aquí, Dios, a través de la Biblia, nos invita a dejar el pecado (nuestros errores) atrás y caminar en Su camino, que da vida.

¿Cuál es el error más grande que muchos cometemos?


Vivir lejos de la presencia de Dios. Por eso, Dios nos invita a dejar todo lo que nos aleja de Su presencia, incluyendo ciertos estilos de vida.
Pero no solo se habla de un cambio externo, sino también de la manera de pensar. El Señor quiere que transformemos nuestra forma de pensar, porque los pensamientos son la raíz de las acciones que tomamos.

Pero, ¿qué tipo de pensamientos quiere que tengamos?
Ahí es donde entra la transformación de la mente: dejar atrás lo que nos aleja de Dios y adoptar pensamientos que traen vida y dirección.


“Vuélvase al Señor…”
Arrepentirse no es solo dejar algo atrás, sino reconciliarse con Dios. El arrepentimiento es un proceso constante, porque siempre fallaremos en algo. Lo importante es que, al reconocerlo, volvamos a Él y sigamos lo que dice la Biblia (Su Palabra). Cuando uno se arrepiente, Dios no lo recibe con condenación, sino con misericordia. El corazón de Dios es amplio cuando uno anda por el camino correcto. Por eso, cuando Él nos perdona no lo hace de manera limitada ni rencorosa, sino completa.

Ahora, para saber si vamos por el camino correcto, necesitamos humildad para reconocer si lo que hacemos está de acuerdo con Dios. Un buen lugar para comenzar es el arrepentimiento, porque de ahí nace la humildad necesaria para reconocer nuestros errores.

No permita que la oportunidad se acabe; el tiempo es hoy.