Caída del Ser Humano

¿Qué es lo que limita y condena al ser humano?

Por increíble que suene, el ser humano es limitado por sus propios pensamientos.

Es decir, si uno ve algo como imposible, nunca podrá lograrlo, porque ha puesto una línea invisible entre lo que cree que puede hacer y lo que no.

Este tipo de pensamiento limitado proviene de nuestra sociedad, las escuelas, el gobierno e incluso de las personas que nos cuidaron.

Es algo que se ha transmitido de generación en generación.

Por ejemplo, mientras crecíamos, tal vez escuchábamos a alguien decir:

“No podemos obtener ese tipo de educación porque somos pobres” o “Eso sería imposible por el lugar de donde venimos.”

Con el tiempo y durante nuestro desarrollo, este tipo de pensamiento entró en nuestra mente, en nuestros pensamientos, y dio fruto a la limitación de nuestra capacidad.

Ahora que se explicó esto, llegamos a entender que nuestra capacidad, comportamiento y acciones están determinados por nuestros pensamientos humanos.

Pero, ¿cómo podemos recibir una nueva manera de pensar?

La Biblia nos enseña así:

“Por consiguiente, no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.”

(Romanos 8:1)

En este versículo, la condenación a la que se refiere no solo tiene que ver con nuestra salvación, sino también con nuestra manera de pensar, que es lo que, al final, nos mueve cuando no estamos en Cristo Jesús.

Dios no es quien nos condena; el ser humano se condena por su propia naturaleza.

Cuando estamos separados de Dios o sin una relación con Él, nos volvemos pesimistas, negativos y carecemos de una esperanza sobrenatural más allá de nuestra propia capacidad.

Imagínese esto: hay personas que son exitosas en su profesión, tienen dinero en abundancia y pueden comprarse lo que sea, pero aun así no son felices. Porque, sin importar la condición en la que uno se encuentre, siempre sentirá un vacío que nada puede llenar.

Ese vacío del que se habla suele llenarse con cosas negativas por naturaleza: el egoísmo, el orgullo, la arrogancia y la vanidad, que nos ciegan y nos alejan de nuestra capacidad sobrenatural.

Es ahí donde nace lo prometido, aquello que Dios tiene para nosotros.

Pero el detalle principal es que debemos creer, confiar y, principalmente, tener fe en que lo vamos a recibir. Dios nos da todos los frutos sobrenaturales que nos llevan más allá de nuestra propia capacidad.

Nosotros no recibimos la salvación por nuestra propia capacidad; la recibimos por Su gracia cuando creemos en Él. Es cuando uno es obediente y tiene fe que Dios quita la condición humana para permitirnos recibir la salvación.

Con todo esto dicho, les sugiero que se llenen de todo lo bueno que Dios nos ofrece, para que no se limiten a lo natural, sino que sean guiados por lo sobrenatural y vayan más allá de sus propios pensamientos y de su propia capacidad.

Dios tiene cosas mucho más grandes para usted; solo debe creer y tomar posesión de ellas.

Compartir:

Prevención del cáncer

https://www.youtube.com/watch?v=jOiN19EMSSs ¿Cuáles son algunas cosas que uno puede hacer para prevenir el cáncer? El cáncer de mama es uno de

leer más