El Acuerdo

¿Cuál es la diferencia entre un acuerdo y un beneficio?

Hay una gran diferencia entre un acuerdo y un beneficio. Un acuerdo ocurre cuando dos personas deciden hacer algo juntas y existe un entendimiento mutuo. Muchas veces, cuando hay un acuerdo, existe algún tipo de contrato o documento escrito para que ese entendimiento no se pierda.

 

Un beneficio puede ser el resultado de un acuerdo y, muchas veces, es una ganancia o ventaja positiva que se obtiene después de tomar acción. El beneficio puede ser bueno, pero a menudo dura poco y no siempre da los resultados que uno espera, incluso si parece ser lo que uno deseaba.

Un acuerdo dura más que un beneficio, y para recibir un beneficio siempre debe existir una condición.

Aun entendiendo esto, muchos prefieren recibir una bendición (beneficio) en lugar de tener un pacto (acuerdo). Por eso siguen sufriendo: solo piensan en lo que pueden recibir y no en lo que deben construir.

Pero la Biblia nos enseña que, si nos comprometemos, el Señor restaura. La enseñanza dice así:

“Yo les restituiré los años que comieron la oruga, el pulgón, el saltón y la langosta; mi gran ejército que envié contra ustedes”

(Joel 2:25)

La palabra “restituiré” no solo habla de recuperar el tiempo perdido, sino también de las oportunidades y bendiciones que no pudimos aprovechar.

Es un llamado a una restauración total, incluso después de mucho sufrimiento.

La frase “comieron la oruga” muestra que, sin un pacto con Dios, enfrentamos dificultades.

“Mi gran ejército que envié contra ustedes” indica que Dios permitió esas pruebas para llevarnos a reconocer nuestros errores. Y cuando uno reconoce, Él trae restauración y quiere hacer un pacto con nosotros.

¿Qué viene después de reconocer nuestros errores?

La enseñanza continúa:

“Y sucederá que después de esto,

derramaré mi Espíritu sobre toda carne;

y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán,

vuestros ancianos soñarán sueños,

vuestros jóvenes verán visiones.” (Joel 2:28)

Después viene un cambio profético: algo nuevo y poderoso. La frase “después de esto” habla de un nuevo tiempo espiritual que también es una promesa.

Cuando la Biblia dice “derramaré mi Espíritu”, muestra que el poder de Dios no tiene límites. Y si hay un pacto con Él, tampoco hay límites para lo que puede hacer.

“Toda carne” significa que, si uno cree y se abre a Él, esa conexión transformará todo nuestro ser.

Profetizar no solo significa anunciar el futuro, sino también hablar con convicción sobre el camino que uno anda.

Las edades mencionadas en esta enseñanza nos indican que no hay límite de edad para tomar la decisión de hacer un pacto con Dios. Pero es mejor comenzar lo antes posible.

Los sueños que Dios quiere darnos son conscientes, llenos de revelación, sabiduría y dirección.

Lo que viene después de reconocer los errores son cosas grandes que ni siquiera podemos imaginar. Pero debemos creer y tener fe.

Tal vez uno se está preguntando: ¿Realmente merezco esta oportunidad de formar parte de este acuerdo?

“Porque si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, habiendo sido reconciliados, seremos salvos por su vida” (Romanos 5:10).

No se trata de merecer algo, porque si fuera así, nadie lo merecería. Dios entregó a su Hijo Jesús para pagar por nuestros errores y darnos la oportunidad de tener un acuerdo con Él. Lo hizo cuando éramos enemigos, es decir, cuando vivíamos lejos de su presencia. Se sacrificó para poder estar con nosotros y ayudarnos en los momentos difíciles.

Recuerde: el acuerdo es vivir en obediencia y guiados por su Palabra.

Todos cometemos errores, pero si los reconocemos y pedimos perdón, podemos vivir bajo su misericordia.

Compartir:

Solución para parejas

https://www.youtube.com/watch?v=-Gw8xuqHAQA ¿Qué tipo de ambiente es mejor para los hijos? En una pareja pueden existir dificultades, pero todo se vuelve

leer más