En el estado de Texas, el evento principal se llevó a cabo en Houston y fue el punto central de una iniciativa más amplia que incluyó la participación de otras ciudades y zonas del estado. Esta reunión, organizada por TPG, giró en torno a un mensaje poderoso: que las familias están llamadas a ser familias con y para Dios.
El mensaje del evento estuvo basado en este versículo: Juan 15:7 — “Si ustedes permanecen en mí y son fieles a mis enseñanzas, pidan lo que quieran y se les dará.”
Este pasaje resalta la bendición de permanecer firmes en la fe. Habla de la relación entre el compromiso espiritual y los frutos que de él se derivan: una promesa de que, si permanecemos en Cristo y vivimos según Su Palabra, nuestras necesidades serán suplidas conforme a Su voluntad.
Bajo un cielo soleado, niños y padres compartieron un día lleno de actividades alegres: juegos, oración y momentos significativos que fortalecieron tanto la diversión como la fe. Fue más que una simple convivencia comunitaria; fue un espacio para acercarse más a Dios y entre sí.
Para los adultos, mantenerse firmes en la fe puede ser un reto, muchas veces por años de experiencias y distracciones del mundo. Por otro lado, los niños, con menos exposición a esas influencias, pueden tener una mayor disposición para recibir la verdad de Dios. El evento reconoció ambas realidades, animando a las familias a crecer juntas en el entendimiento espiritual.
Aprender a vivir como una familia bajo Dios también implica aprender a convivir con otros. Aunque la dinámica familiar interna funcione bien, al interactuar con otras familias pueden surgir diferencias. Este encuentro ofreció la oportunidad de conectar a pesar de esas diferencias, descubrir puntos en común, compartir vivencias y comprender que muchos enfrentan caminos similares.
El día fortaleció la unidad, la motivación y el vínculo espiritual. Las familias no solo se llevaron recuerdos, sino también un renovado sentido de propósito: permanecer en Cristo y dejar que Sus enseñanzas guíen sus vidas. Ese es el mensaje de Juan 15:7: un llamado a la fidelidad, con la certeza de que la abundancia llegará como fruto de esa entrega.
Todos los coordinadores están más que felices de responder cualquier duda que tengan los jóvenes y sus padres. Una vez aclaradas todas las preguntas, se les guía en una oración especial en la que se busca al Espíritu Santo. Todos los padres son también bienvenidos a participar.
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