Supongamos que usted vive en un lugar con conflictos, pérdidas, inseguridad y opresión, donde la muerte ronda a todos a su alrededor. En pocas palabras, como si estuviera en medio de una guerra. Después escucha de un lugar donde sus sueños se pueden hacer realidad. Esta es la historia de muchos que migran a los Estados Unidos en busca de una mejor vida.

Muchos huyeron de situaciones difíciles para encontrar un futuro diferente. Pero hay un detalle en la vida de quienes migran: tal vez ya no estén en su país de origen, pero la cultura sigue viva en su interior. La comida, los bailes, la música… un sabor que muchos, aun viviendo su sueño, siguen anhelando.




Muchos huyeron de situaciones difíciles para encontrar un futuro diferente. Pero hay un detalle en la vida de quienes migran: tal vez ya no estén en su país de origen, pero la cultura sigue viva en su interior. La comida, los bailes, la música… un sabor que muchos, aun viviendo su sueño, siguen anhelando.
Y así como los migrantes mantienen viva su cultura en medio de una nueva vida, la Biblia también nos muestra un ejemplo de cómo Jesús enseñó a valorar la alegría y el compartir, incluso en medio de las luchas.


La Biblia lo muestra así: “Entonces Leví le hizo un gran banquete en su casa, y había un gran número de publicanos y otros que estaban a la mesa con ellos” (Lucas 5:29).
Todos pasamos por momentos de dificultad que requieren tomar decisiones difíciles. Leví, también conocido como Mateo, era un cobrador de impuestos y siempre estaba en su oficina contando las finanzas. En esa situación, el Señor Jesús notó que él estaba enfocado en superar y salir adelante, pero no se detenía a mostrar alegría ni gratitud. Por eso, Él le ordenó que organizara un “banquete”.

El banquete es una muestra de hospitalidad y celebración. No se considera algo pequeño, sino un gran evento con comida y compañía. En el versículo, el banquete simboliza la plenitud de Jesús y su deseo de compartir su gozo, invitando a otros a experimentar ese encuentro.

En el pasado evento Unisocial se celebró la Fiesta de las Naciones, donde muchos fueron invitados a agradecer a Jesús a través de sus culturas. Muchos viven lejos de su país de origen; tal vez dejaron a un familiar, a un ser amado, una casa entera… en fin, tantas memorias del lugar donde crecieron. Por eso, aquí en la Universal tomamos un tiempo para celebrar con gratitud y alegría a través de diferentes culturas. Hubo comida mexicana, salvadoreña, brasileña, argentina y mucho más. Mucha gente vino a ver lo que se celebraba.


Esto también nos deja una profunda enseñanza: el Señor entiende nuestro dolor, pero nos recuerda que, aun en medio de él, siempre hay tiempo para celebrar la alegría que trae la Biblia (Su Palabra).

Cada semana, el grupo EVG realiza eventos sociales para cuidar de la comunidad y apoyar a quienes están sufriendo. El tema de este mes fue denominado FIESTA DE LAS NACIONES, donde todos los coordinadores fueron desafiados a compartir parte de su cultura. Se celebraron distintas expresiones de la cultura latina de todo el mundo. Además, todos los participantes recibieron comida, ropa, productos de higiene, agua y, lo más importante, una palabra de esperanza. Fue una gran bendición.

Si usted reside en Los Ángeles, California, y le gustaría saber más, acompáñenos en los servicios de fe en 625 S Bonnie Brae St, Los Ángeles, CA 90057, o en la Iglesia Universal más cercana a usted.
También puedes informarse sobre las labores sociales y de evangelización del grupo de EVG en todo el territorio americano, ingresando en las siguientes plataformas: