Antes de leer este artículo, por favor reflexione sobre esta pregunta: ¿por qué existen las dudas en los pensamientos de uno?
Cuando se habla de la fe pura y la obra del Espíritu Santo, nosotros debemos alimentar nuestra fe diariamente por medio de la meditación. Si uno no está meditando en la Palabra, eso significa que el Espíritu Santo no está obrando, porque uno no pone de su parte para meditar.
La Palabra no enseña así: “…sed llenos del Espíritu” (Efesios 5:18).
Según la Palabra, la fe está dentro de nosotros, pero necesita ser alimentada. Cuando uno no alimenta su espíritu, la carne se fortalece; pero cuando uno alimenta su espíritu con la Palabra, entonces la carne se debilita. El no poder debilitar la carne es lo que crea la duda.
Las dudas son señales del mal y de su obra en la mente. Es decir, si uno no tiene convicción en su fe, las dudas siempre se generarán en la mente. El miedo, las preocupaciones, la ansiedad y la depresión son frutos de la duda, y también afectan nuestra salud física y espiritual; y, como consecuencia, nos separan de Dios y de la verdad. Todo esto sucede cuando uno vive en la inseguridad y no tiene convicción.
La Palabra nos afirma sobre la fe así: “Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente” (Romanos 14:5).
En otras palabras, la fe es inteligente, racional y capaz de evaluar todas las cosas desde la perspectiva de Dios. Y uno tiene que estar definido en su fe. Pero uno tiene que tener su propia fe en Él.
¿Qué significa tener su propia fe?
Lo que significa es que uno no debe depender de la fe otros o tener una fe natural. Porque la salvación es personal y singular. Es decir, la salvación de nosotros viene de nuestra fe en él. Pero para la salvación se requiere fe sobrenatural y no la natural.
Pero, ¿Qué es fe natural?
La fe natural es la confianza que uno tiene en las cosas del día a día; proviene de la lógica, el hábito y la experiencia. Por ejemplo, cuando uno sube a un avión, lo hace con confianza —o fe natural— porque asume que el piloto tiene la preparación necesaria para volar. Otro ejemplo: cuando uno está enfermo —sea de algo grave o pasajero— va al médico, recibe un tratamiento o medicamento, y confía en que va a funcionar. Esa es la fe natural.
Pero, ¿por qué es importante entender lo que es la fe natural?
Como se mencionó anteriormente, la fe es personal y única. Para eliminar cualquier duda, es esencial no aferrarse a la fe de otros. Cuando uno ejerce su propia fe, está demostrando confianza en el Señor. Aferrarse a la fe de otros puede causar conflictos porque cada persona es diferente.
La fe de uno tiene que ser definida y estar basada en la Palabra de Dios. No podemos dejarnos guiar por las emociones, porque lo que sentimos puede cambiar en cualquier momento; pero lo que está escrito, nunca cambia. El Señor no cambia, Él siempre es el mismo, porque Él es lo seguro.
La Palabra no enseña así: “Aceptad al que es débil en la fe, pero no para juzgar sus opiniones. Uno tiene fe en que puede comer de todo, pero el que es débil solo come legumbres. El que come no menosprecie al que no come, y el que no come no juzgue al que come, porque Dios lo ha aceptado” (Romanos 14:1-3).
La Palabra nos alerta de los conflictos que pueden ver a cerca de los que su fe no es definida. Cuando uno come del Pan que es la Palabra uno debe cree y tener fe. Si nosotros somos llamados a compartir la Palabra, pero eso es diferente a creer en la persona que la esta compartiendo.
Con todo esto dicho, uno tampoco debe entrar en debates sobre su fe con personas que tienen una fe débil o que aún no creen, porque todo eso puede crear dudas innecesarias. Recuerde que la duda siempre ataca a través de las emociones. Pero cuando uno lo entrega todo, escucha la Palabra y la medita, no le deja espacio a la duda, porque está enfocado en los pensamientos de Dios y no en los de la carne.
Para responder la pregunta del principio: las dudas existen porque uno aún no tiene una fe definida. La fe no es emocional; es tener convicción en lo que está escrito. Pero, más que todo, la fe es tener confianza en Él.

