Cuando no se tiene un pacto con Dios, a causa de nuestra naturaleza pecaminosa, en la consciencia hay duda, miedo, incredulidad, preocupación, ansiedad… En relación a la fe, ella es ciega, fanática, ignorante, dividida en la creencia de varios dioses que, en realidad, son espíritus engañadores. Todo lo contrario acontece cuando se asume una relación de pacto con el Señor Jesús porque se comienza a tener una verdadera consciencia de la fe. En otras palabras, asumimos un pacto en quien nosotros creemos. El Dios con el que hemos asumido un pacto, es un Dios verdadero, pero solo se tiene está convicción o consciencia de fe cuando se toma la decisión de entrar en una relación de pacto.
Cuando se asume un pacto con Dios es todo por todo, es vida por vida. Este pacto nos lleva a tener la seguridad de nuestros derechos con Él, pase lo que pase, y venga lo que venga. Existe esa seguridad de que Dios cumplirá la parte de Su pacto realizada con nosotros. Para que un pacto sea asumido, son ambas partes del cumplimiento y, de nuestra parte hacía Dios, corresponde la obediencia.
Un ejemplo cuando uno tiene un pacto con Dios, por obediencia, uno perdona a su prójimo. No es algo fácil, pero el pacto que hemos asumido con Dios nos lleva a obedecer Su Palabra. La obediencia no depende de lo que sentimos, sino depende de usar nuestra mente ya que de ahí donde proviene la fe inteligente y no los sentimientos.

Quien tiene una relación de pacto con Dios, tiene el sello del Espíritu Santo. Es por eso la insistencia hacia la importancia de buscar recibir el Espíritu Santo, incluso porque Moisés sabía de esa necesidad al decirle a Dios: “Si tu presencia no va conmigo, es mejor no ir…”. El buscar de la Presencia de Dios nos lleva a vencer en la vida. Los problemas que el ser humano enfrenta son vencidos porque antes, en primer lugar, fueron vencidos en su interior. Cuando uno logra vencer en su interior, se logra vencer todo.
Si usted ve a una persona siendo derrotada o fracasada, ella no fracaso por causa de su entorno o porque sus enemigos son poderosos, porque son los peores demonios que la están atacando, porque el trabajo de hechicería es muy fuerte…; no es nada en relación a lo anterior, sino el problema está en el interior de aquella persona. Pero, cuando se recibe el Espíritu Santo, todo cambia porque Él nos fortalece en nuestras debilidades, nos da poder para que nos venzamos a nosotros mismos y así podamos vencer todo lo que acontece en nuestra vida.
Cuando una persona no ha tenido un encuentro con Dios, esto es, ella aún no ha entrado en una relación de pacto con el Señor, ella puede haber logrado varias bendiciones, las personas a su alrededor le pueden tratar de lo mejor, sin embargo, ella creará problemas en su entorno y continuará fracasando porque sin Dios no es posible conseguir la plenitud de vida que todo ser humano busca. Infelizmente conocemos de variados testimonios grandiosos donde el poder de Dios se manifestó en la vida de esas personas, pero ellas abandonaron la fe porque ellas nunca tuvieron una relación de pacto con Dios.
La Palabra de Dios nos refiere: “Pero ahora en Cristo Jesús, ustedes, que en otro tiempo estaban lejos, han sido acercados por la sangre de Cristo”. Efesios 2:13. En la práctica, tener un pacto con Dios es lo siguiente, como le dijo Pedro al Señor Jesús: Entonces Pedro le respondió: «Mira, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué, pues, recibiremos?». Mateo 19:27. Cuando Pedro dijo que habían dejado todo, no solo se refería a lo material, sino a la entrega de toda su vida que es era su presente, pasado y su futuro. Ellos habían asumido un pacto con Dios y cuando se tiene este pacto, no hay problema, dolor o aflicción que haga desanimar porque se sabe que todo lo que acontece es porque Dios tiene un propósito en la vida de aquel que ha entregado su vida al Señor Jesús.

La Palabra de Dios dice: “recuerden que en ese tiempo ustedes estaban separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel, extraños a los pactos de la promesa, sin tener esperanza y sin Dios en el mundo”. Efesios 2:12. Quienes han asumido un pacto con Dios, son el nuevo Israel. Si usted solo ha recibido bendiciones de Dios, pero aún no ha tomado la decisión de tener una relación de pacto con Él, es bueno reflexionar y reconocer la importancia de lo que es tener un pacto con Dios. Busque saber la voluntad de Él para su vida, asuma un pacto con Dios y obtendrá lo principal que es el Espíritu Santo. Eso lo llevará a tener la seguridad que usted está guardado y protegido por Él y que no interesa las adversidades que usted enfrente, Él está con usted porque sabe que Su Poder es ilimitado y, lo más importante, usted se convertirá en un ciudadano del reino de Dios.
Dios los bendiga.

