Cuando el Señor Jesús enseñó a sus siervos a orar, dijo:
“Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”. Mateo 6: 10
Al respecto de la vida eterna dijo:
“No todo el que me dice: ¡Señor, Señor! entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.” Mateo 7:21
Para glorificar al Padre, a través de Su tribulación, Jesús oró:
“…Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.” Lucas, 22:42
Para dar ejemplo a Sus siervos, dijo:
“Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió y que acabe su obra” Juan 4:34
Finalmente, el apóstol Pablo nos instruyó:
“Por lo tanto, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, qué es vuestro verdadero culto. No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” Romanos 12:1-2
Continuará…
Libro: El Señor y el siervo
Autor: Obispo Edir Macedo

