Anahí Delgado era una joven altanera a quien le gustaba entrar en argumentos con su madre cada vez que podía. Su hermana era otra persona que a pesar de vivir bajo el mismo techo recibía rechazo de su parte y siempre encontraba alguna excusa para comenzar discusiones que casi siempre llegaban a los gritos.
Anahí había perdido su carro a través de un robo, este hecho complicó su situación y le imposibilitaba trasladarse a la ciudad para buscar un nuevo trabajo. Pasaba todo el día en su casa sin hacer nada productivo, su padre estaba harto de su conducta y de sus caprichos por lo que era castigada tras colmar la paciencia.
Tras querer vivir bajo sus propias reglas tomó la decisión de irse de la casa para ir a vivir con amistades que nada bueno traerían para su vida. Pero la persona quien ella menos esperaba, su hermana, se acercó un día a ella y le habló de la Iglesia Universal y se ofreció a acompañarla para que pudiera descubrir las bendiciones dadas a través de la palabra de Dios.
Anahí no solo descubrió la paz interior, la cual la hizo recapacitar y volver a su hogar junto a su familia, alejada de una vida de vicios, sino que ha recibido el Espíritu Santo el cual le ha traído la dicha de lograr ese progreso añorado.
Testimonio Anahí Delgado.