Los días de Juan Pérez estaban reinados por la depresión que le causaba el hecho de arrastrar tantas deudas, sobre todo porque dichas deudas provenían de los costosos tratamientos a los que se debía someter debido a su problema de columna. Debido a sus dolores se vio obligado a utilizar una silla de ruedas, sentía que ese sería su destino.
Llegó a los Estados Unidos junto a su familia en búsqueda del sueño de obtener una vida prospera, pero fue mucha su desilusión al ver como el cambio de vida traería también un sinfín de desgracias para él y su familia. Empezó a enredarse en mentiras tras mentiras, puesto que le estaba siendo infiel a su pareja y estaba sometido a la presión de ser descubierto.
Juan Pérez se encontraba desesperado por la tormenta de dolor y mentiras que reinaban en su vida, pero para su dicha, tuvo la oportunidad de oír hablar en la televisión sobre la Iglesia Universal y al acercarse pudo recibir esa ayuda que tanto necesitaba.
Recuerda incluso como no podía ni caminar al momento de asistir, diferente a hoy en día, ya que gracias a su fe pudo no solo dejar atrás las mentiras que lo mantenían en estado de paranoia, sino que además fue liberado a través de las cadenas de sanidad, de aquellos dolores los cuales pensaba lo mantendría postrado en una silla de ruedas. Hoy en día es un hombre consciente de la dicha que trae a su vida la obediencia a Dios.
Testimonio Juan Pérez.
