De todo lo que vivimos en nuestro día a día, lo principal es escuchar la voz de Dios que proviene de la Palabra (Biblia). Es importante tener esta conciencia ya que, si la voz de Dios es escuchada pero no entra en el espíritu o en la mente de la persona, la oración administrada no servirá de nada porque no será hecha en el espíritu. La Biblia no es un simple libro literario, sino la Palabra de Dios. Pero, solo la persona que fue realmente transformada y es sustentada por ella, vive por la fe y no de forma religiosa. La palabra de Dios es vida y es imposible que ella entre dentro del ser de la persona y la vida de él/ella no cambie. Por esto, el Señor Jesús dijo: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”. (Mateo 16:15).
En este pasaje, Él estaba hablando sobre la importancia de predicar el evangelio. Esta palabra proviene de la palabra griega “euangelion” que significa las buenas nuevas. Estas buenas nuevas provienen de la vida que Jesús vivió, una vida sin haber cometido ningún pecado. Desde su nacimiento milagroso, obra realizada por el Espíritu Santo en el vientre de una mujer que jamás había tenido relaciones sexuales, fue la obra maestra de Dios. Aun viviendo como hombre, teniendo la naturaleza humana y la divina, nunca pecó y por eso pudo morir por nosotros. Él pagó con su propia vida los pecados pasados, presentes y futuros. En la cruz, Él murió por nosotros y, al tercer día, resucitó de entre los muertos. Después de 50 días de la resurrección, subió al cielo y, hasta el día de hoy, está intercediendo por aquellos que son de Él. Las buenas nuevas del evangelio es que, en el Señor Jesús, tenemos la remisión y el perdón de todos nuestros pecados. Esto es sólo posible en Él y en nadie más; no hay otro.
“El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado”. (Mateo 16:16). El que verdaderamente cree y asume su fe en el Señor Jesús toma la decisión de bautizarse. Por este motivo, el bautismo en los niños no tiene ninguna validez ante Dios porque un niño no tiene conciencia de lo que hace o en lo que está creyendo. Como tal, la persona que fue “bautizada” cuando era niño/a y le fue derramada agua en la cabeza, espiritualmente no significó nada para Dios. El motivo por el cual es porque el niño no tenía conciencia de lo que estaba haciendo ya que fue decisión de los padres. La decisión de bautizarse es personal y es válida cuando es una decisión tomada por la fe y creyendo en Dios. El bautismo es la remisión y el perdón de pecados. Un niño no tiene pecados ya que no tiene conciencia de lo que hace. Ellos no tienen conciencia de la verdad y de la mentira que este mundo impone, en otras palabras, no tiene conocimiento de lo espiritual.
El primer paso para alcanzar la salvación es creer en el evangelio, aceptando todo lo que el Señor Jesús hizo por la humanidad y tomando la decisión de bautizarse sin la imposición de nadie ante esta decisión. Las personas pueden orar por alguien, pero no pueden obedecer por ellas. Existen situaciones donde la oración no resuelve nada sino la obediencia a Dios. La salvación comienza en la obediencia de la fe. Cuando el Señor dijo en este versículo sobre el creer, implica la persona entregarse. Existen aquellos que creen que es difícil entregarse, sin embargo, no lo es.
¿Qué significa la persona ser bautizada de forma consciente? Significa estar consciente que uno es pecador y que es necesario recibir una nueva naturaleza. Después de la entrega, es necesario que haya bautismo, como es orientado en Romanos 6:3-4. Cuando la persona se bautiza en las aguas, está siendo bautizada en Jesús, en la muerte y en la resurrección del Señor. Al ser bautizado se está tomando la decisión de morir para el mundo, descendiendo en las aguas sepultando la vieja criatura y ascendiendo resucitando espiritualmente como el Señor Jesús resucitó para vivir conforme a Su voluntad.
Vivir conforme a la voluntad de Dios es tenerlo a Él en primer plano, consultarlo sobre las decisiones tomadas y los problemas, agradándolo con lo mejor, fortaleciendo la comunión con Él a través de la lectura de Su Palabra diariamente y enfrentando los desafíos de la vida con la fe creyendo que serán vencidos. Principalmente, vivir conforme a la voluntad de Dios es demostrado a través del amor al prójimo al compartir el evangelio. La fe es útil para todo ya que se puede conquistar, recuperar el matrimonio, economía y/o la familia. Cuando la persona vive conforme los planes y propósitos de Dios, la persona es fuerte.
El Espíritu Santo no puede revelar la fe sobrenatural si la persona no toma la decisión de perdonar. A consecuencia de no tomar la decisión de perdonar a aquellos que le han hecho daño, no logran conquistar. Por este motivo es importante entregarse completamente. Aquellos que viven en esta obediencia, verán las manos de Dios obrando en su vida. Cuando los desafíos de la vida lleguen, la persona logrará vencerlos, no será controlado/a por la preocupación o el miedo y verá la fidelidad de Dios en su vida.
Dios les bendiga.