¿Qué sale de tu boca?

¿Qué palabras prefieres usar: las que hieren o las que sanan?

Todos vemos la vida de manera diferente, y por eso a veces chocamos. Hay quienes nacen en familias con dinero y otros que crecen con muy poco; también hay quienes saben defenderse físicamente mejor que otros, y hay quienes se defienden mejor con su intelecto. Incluso dentro de una misma familia está el hermano mayor y el menor. Y esas diferencias, aunque no lo queramos, crean formas distintas de pensar… y ahí empiezan los conflictos.

Por ejemplo, cuando uno es el hijo mayor, la mayoría de las veces quiere hacer todo primero, no le gusta mucho compartir y le gusta mandar. En una clase, el estudiante deportista muchas veces no se lleva con el que prefiere estudiar. Esto sucede porque tienen perspectivas distintas.

Sin embargo, aunque tengamos diferencias, hay algo que todos deberíamos tener en común: el respeto unos por otros.

Un estudio clínico muestra que el 71% de las personas con depresión provienen de ambientes donde predominaban las palabras negativas.

Y seamos honestos: hay personas que no quieren escuchar la verdad y otras que simplemente son rudas.

Por eso, uno tiene dos opciones: ser paciente con la manera en que se comunica o simplemente darse la vuelta y seguir adelante.

Al final, como dice el dicho: si no tenemos nada bueno que decir, es mejor no decir nada.

Por eso, la Biblia nos enseña: “Cuida la manera en que hablas. No permitas que nada sucio o perjudicial salga de tu boca. Di solo lo que ayude; que cada palabra sea un regalo.” (Efesios 4:29)

Todos estamos pasando por diferentes momentos, situaciones y etapas, pero no debemos ser rudos unos con otros. Al contrario, debemos ayudarnos y darnos un “regalo” de fe. No debemos derrumbarnos entre nosotros; y si a la otra persona no le agrada, es mejor apartarse y no permitir que lo que otros sienten ensucie su corazón.

Hablemos palabras positivas, palabras que sean un regalo para quien las escucha.

Con esa misma fe, el Teen Power Group (TPG) sale a todo el país con el proyecto Stop Bullying. En cada salida, el grupo habla abiertamente sobre los diferentes tipos de acoso y explica qué puede hacer cada joven para ponerle un alto. La realidad es que muchos están sufriendo bullying y no tienen la voz ni la confianza para pedir ayuda.

Por eso, Stop Bullying existe: para levantar a esos jóvenes, darles apoyo y recordarles que su vida tiene valor. Aquí, cada uno recibe algo que marca la diferencia: una palabra de fe que fortalece y anima.

¿Le gustaría saber más sobre el TPG?

Visítenos en: 625 S Bonnie Brae St, Los Ángeles, CA 90057

O en la Universal más cercana a usted.

Y si quiere mantenerse al tanto de todo lo que realiza el TPG en la unión estadounidense, acompáñenos a través de nuestras plataformas oficiales:

Facebook: TPG FB

Instagram: TPG IG

Compartir: