Aún teniendo conocimiento bíblico, la señora María Lorenzana vivía una vida frustrada y llena de problemas. Participaba en una iglesia, pero no lograba ver el poder de Dios en su vida. Las enfermedades, los problemas familiares, la depresión, el insomnio, las humillaciones formaban parte de la vida de ella.
Aunque tenía versos bíblicos memorizados, sus ojos no veían nada de lo que ella se memorizaba. En medio de esta situación, su hijo la invitó a la Universal a participar de los servicios de fe. Participando, ella escuchó hablar sobre el Espíritu Santo y creció el deseo de recibirlo en su vida. Ella cuenta más sobre su historia y cómo su vida fue transformada.Para continuar haga click sobre el título.
