Alicia Ramos cargaba con una gran tristeza en su corazón, aquel sentimiento la había convertido en una mujer resentida, vivía sus días asumida en el llanto culpándose a sí misma de aquella vida de tormento que le había tocado llevar como una condena. Estaba convencida de que se encontraba pagando por todos los pecados que había cometido en el pasado.
Alicia Ramos llegó a pensar que quizás el suicidio era la salida para todos sus problemas, ya había agotado sus opciones y a su vez ella misma se sentía devastada y cansada de tanto martirio.
Alicia Ramos tuvo la oportunidad de conocer la Iglesia Universal a través de una invitación que le realizaron, así fue que un día se animó y se acercó a la Iglesia Universal más cercana a ella, una vez allí pudo sentir desde el inicio como un aire de esperanza entraba a su corazón. Comenta que desde que inició su participación en los servicios de los días viernes y domingo poco a poco fue sintiendo un mejor semblante respecto a su salud.
Alicia confiesa con alegría que todos aquellos síntomas que no le permitían llevar una vida normal comenzaron a desaparecer paulatinamente, la paz ha llegado a su corazón gracias a que ha sido sanada por la bendición del Espíritu Santo el cual se ha postrado en su corazón para darle la fortaleza que tanto anhelaba.
Testimonio Alicia Ramos.