Un corazón nuevo

¿Qué significa realmente recibir un corazón nuevo?

Muchos tenemos cosas a las que nos apegamos, ya sean buenas o malas. Por ejemplo, a veces hay música, series, actores e influenciadores con los que nos identificamos. Aparte de los apegos con los que nos identificamos, también existen apegos que heredamos de nuestra familia. Como en muchos casos, si uno de los padres tenía una enfermedad o usaba lentes, usualmente el hijo también usará lentes o sufrirá de la misma enfermedad. Pero todo esto ocurre cuando uno no ha tenido una experiencia con el Señor Jesús.

La Palabra es el baño y el agua que limpia todas esas maldiciones que quieren oprimirnos. Esta herencia o apego se convierte en una maldición si no hemos tenido un encuentro con Dios donde Él nos limpia.

La Palabra nos revela así: “Entonces os rociaré con agua limpia y quedaréis limpios; de todas vuestras inmundicias y de todos vuestros ídolos os limpiaré” (Ezequiel 36:25).

Según la Palabra, cuando no hemos tenido una experiencia con Él, cargamos una impureza y una herencia que no nos deja en paz. Pero si nos entregamos a Él, nos limpiará. Y ahí está el detalle: debe haber ENTREGA para que Él nos limpie de todo.

¿Y por qué es tan importante ser limpiado?

La Palabra nos enseña así: “… en ti serán benditas todas las familias de la tierra” (Génesis 12:3).

El Señor le dijo a Abram, antes de que se llamara Abraham, que cuando él se convirtiera en una bendición, toda su familia sería bendita. Eso significa que se cortarían todas las maldiciones y las herencias malignas.

También, cuando uno es limpiado recibe un corazón y un espíritu nuevo. La Palabra nos enseña así: “Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros mi espíritu y haré que andéis en mis estatutos, y que cumpláis cuidadosamente mis ordenanzas” (Ezequiel 36:26-27).

Nosotros necesitamos un corazón nuevo porque, cuando nos enojamos, sentimos un tipo de rencor, odio u otras cosas malas que guardamos en el corazón. Es por eso que necesitamos un corazón nuevo. En ese mismo tema, cuando la Palabra menciona un corazón de piedra, nos quiere dar a entender que mientras tengamos ese tipo de corazón, tenemos uno que es insensible a la Palabra. Es decir, uno pone todo lo de Dios a un lado y no hace Su voluntad, lo cual impide ser libre de la maldición que uno siente. Es como el perdón: muchos no consiguen perdonar porque no han descubierto que, cuando uno no perdona, no será perdonado y seguirá en la maldición.

Pero, ¿cómo puede uno recibir un corazón y un espíritu nuevo?

Cuando uno se ENTREGA a Él.

El Señor Jesús dio Su vida por nosotros para llevar toda maldición y entregarnos la salvación. Como se mencionó, el perdón es sumamente importante y no es algo religioso. Uno lo practica al reconocer con humildad sus errores y recibir la salvación. Entonces, se le da un corazón nuevo y el Espíritu de Él, que es el Espíritu Santo.

Con todo esto dicho, les sugiero que, cuando busquen a Dios, no lo hagan solo porque desean una bendición, ya que eso no es eterno ni les dará salvación. Búsquenlo porque desean ser bendecidos, es decir, recibir al Espíritu Santo y tener paz eterna.

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