La Tercera Trompeta De Juicio

«El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas. Y el nombre de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo; y muchos hombres “murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron amargas» (Apocalipsis 8:10-11).

No hay mucho que interpretar con respecto a esta trompeta, dese cuenta que hay una claridad en cuanto a su juicio, así con también con las anteriores. El elemento central del juicio de esa trompeta es la gran estrella llamada Ajenjo, que cae sobre las fuentes de aguas y que por eso mismo hace que la tercera parte de las aguas de toda la tierra se torne amarga. Y eso nos hace acordarnos que, en dos ocasiones muy amargas, una en el Antiguo Testamento, ese mismo elemento se destaca. la primera aconteció cuando el pueblo de Israel, cerca de tres millones de personas, después de peregrinar tres días por el desierto rumbo a Tierra Santa, no consiguió agua para beber, y cuando la encontró, ella era amarga:

«Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara. Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber? Y Moisés clamó al Señor, y el Señor le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó» (Éxodo 15:23-25).

En este pasaje, Dios muestra claramente Su cuidado con Su pueblo, proveyendo un árbol para tonar dulce las aguas amargas. De hecho, ese árbol simbolizaba al Señor Jesús. Y él quien quita las amarguras del camino del hombre, aunque ese mismo hombre solo procura traerle amargura, como lo que sucedió en el Calvario: cuando el Señor Jesús estaba consumando la obra de salvación, cuando él estaba cansado y sediento, hay pocos minutos de Su sacrificio por la humanidad y pidió agua, Le dieron una mezcla de hiel con vino, que también es traducido por Ajenjo. «… le dieron a beber vino con hiel; más Él, probándolo, no quiso beber» (Mateo 27:34).

Es muy duro saber que dios siempre procura suplir nuestras necesidades, mientras que nosotros siempre procuramos suplir para Él las tristezas y sinsabores con nuestros pecados. Pero aquellos que tienen dispensado la comparación divina, quien ha negado la fe en el hijo de Dios, ha de probar las aguas amargas que vendrán sobre los que queden hasta este juicio. Llegó la vez de ellos probar la hiel de los juicios de Dios.

Continuará…

Si le interesa lea también: La Segunda Trompeta De Juicio

Libro: Estudio del Apocalipsis Vol 1
Autor: Obispo Edir Macedo

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