¿Qué es realmente conocer la verdad?
Hablar de la verdad implica vivir una experiencia personal, comprenderla y aceptarla. Por ejemplo, es como alguien que tiene un problema de salud y necesita dejar de fumar. Para superar el vicio, primero debe aceptar que tiene una adicción y luego someterse a la meta que lo liberará de ese hábito.
Es similar en la fe. Muchos piensan que, si reciben una oración de un líder espiritual, automáticamente dejarán de ser adictos. Pero no es así: la oración solo funciona si uno también pone de su parte con acciones. Es decir, para que lo negativo deje de influir en su vida, uno también debe dejar de relacionarse con ello.
¿Cuál es la verdad que realmente transforma una vida?
La Biblia nos invita a descubrir más sobre este tema de la siguiente manera: “y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres” (Juan 8:32).
Conocer la verdad no se trata solo de información, sino de vivir una experiencia real con Dios. Esa experiencia solo da inicio cuando leemos y practicamos lo que está escrito en Su Palabra (la Biblia).
La verdad es Jesús mismo. La Biblia afirma eso así: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6).
Al comparar los dos versículos, entendemos que, si uno se entrega a la verdad, que es Jesús, Él le da una nueva vida y lo acerca al Padre (Dios).
¿Qué significa liberar?
Cuando uno descubre la voluntad de Dios, encuentra libertad. No hablamos de libertad física o social, sino de libertad mental, emocional y espiritual. Sin embargo, para llegar a esa libertad, uno también debe hacer su parte:
¿Cómo hace uno su parte?
- Reconocer la necesidad de ayuda
- Acercarse a Jesús
- Creer en la Palabra de Dios
- Arrepentirse y cambiar de rumbo
Cuando uno conoce la verdad de Dios, deja de vivir en condenación y comienza a vivir con paz y esperanza.
Finalmente, al aferrarse a la verdad (la Biblia) y permitir que Dios muestre qué debe cambiar, uno recibe el Espíritu Santo: la presencia de Dios que da fuerzas para permanecer libre.
