¿Será que su convicción es lo bastante fuerte para defender lo que cree?
Todos cometemos errores, y algunos, por naturaleza, no pueden deshacerse. Por esa razón, muchos viven en un estado de culpa, tristeza e incluso soledad.
Pero, ¿realmente después de cometer un error debemos vivir cargando culpa?
No. Si uno se vuelve consciente y reconoce que lo que hizo estuvo mal, debe haber perdón. Por eso la Biblia dice:
“Él anuló el acta con los cargos que había contra nosotros y la eliminó clavándola en la cruz” (Colosenses 2:14).
El diccionario define el perdón como la acción de liberar a alguien —o a uno mismo— de una culpa o deuda. Aquí, el versículo usa la palabra “anuló” para mostrar cómo Él eliminó la culpa y trajo perdón para toda la humanidad. El Señor Jesús quitó la culpa, la tristeza, la soledad y todo aquello que no solo nos separaba del perdón, sino también de Él.
La gran pregunta es: ¿Cómo lo hizo?
Lo hizo a través del sacrificio de su cuerpo en la cruz. En otras palabras, defendió su fe con su propia vida, confiando plenamente en Dios.
Él lo dio todo en la cruz para darnos Su todo y para que fuéramos perdonados. Pero recuerde: el perdón es una decisión personal. Cuando la tomamos, Él se une a nosotros a través del Espíritu Santo.
Esa es la fe que se vive aquí en la Universal, a través del proyecto Punto de Oración, donde los coordinadores salen a concientizar sobre la fe. Allí comparten una palabra de esperanza con quienes pasan por el lugar y ofrecen oración al pie de la cruz. Y si lo desea, también puede dejar su número para recibir atención personal o resolver dudas sobre la fe.
Si usted reside en Los Ángeles, California, y le gustaría saber más, acompáñenos en los servicios de fe en 625 S Bonnie Brae St, Los Ángeles, CA 90057, o en la Iglesia Universal más cercana a usted.
También puedes informarse sobre las labores sociales y de evangelización del grupo de EVG en todo el territorio americano, ingresando en las siguientes plataformas:
