Hoy en día, ¡las niñas y las jóvenes son instruidas para ser “rebeldes”! Quieren buscar “sus derechos” lo más pronto posible, para ser adultas independientes, feministas. ¿Acaso eso es bueno y suficiente?
Esta carrera ha llevado a muchas mujeres a una competencia innecesaria y con resultados frustrantes.
Nosotras no necesitamos ser feministas, empoderadas o rebeldes para ser respetadas y amadas, basta con que nuestra referencia esté en la persona correcta. Para ser una mujer completa, realizada y muy feliz debemos realizar nuestra función, vivir en la verdad y saber lidiar con el carácter, las palabras los sentimientos y los objetivos, sin ningún problema.
Para empezar a ser valorada, valore a Aquel que la ama de verdad, y respeta sus decisiones, pero espera sin cesar que usted Lo deje conducir todos los proyectos de su vida…
Usted no conocerá la frustración… ¡puede tener la absoluta certeza!
Él se llama: ¡Señor Jesucristo! En Él no existe tristeza, vacío, frustración, traumas… ¡Él la valora más que cualquier otra persona y con ese “amor” enfrentamos batallas y las vencemos!
Y sepa que lo que está afuera es el reflejo de los que está adentro. Sea una mujer bonita por dentro y luego las personas lo verán por fuera.
¡Deje a Jesús hacerle feliz!
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