Conocí a mi esposa y decidimos casarnos para poder emprender ese sueño

-Siempre tuve el sueño de prosperar. Por esa razón me preparé yendo a la escuela y me recibí como ingeniero. Luego conocí a mi esposa y decidimos casarnos para poder emprender ese sueño. Así fue como ambos emprendimos para realizar nuestros planes de vida, al principio todo iba marchando muy bien, pero de un día para el otro, los negocios empezaron a fracasar.

-Era un problema tras otro, lo cual me empujó a caer en una profunda depresión, mi espíritu de emprendedor desapareció y fue ahí donde el miedo empezó abrazarme. A partir de ese momento me convertí en un hombre lleno de miedos y débil, en todo fracasaba y lo peor de todo era que no sabía cómo salir de esta situación. Al ver que nada de lo que hacía funcionaba entonces pensé en el suicidio como la única solución.

–Mi vida empezó a tomar otro rumbo cuando mi doctor me hizo la invitación para conocer del trabajo que se hace en la Iglesia Universal, ya que todo indicaba que esta depresión era provocada por un mal espiritual. Ahí fue donde empecé a aprender sobre la fe inteligente. A partir de ese momento comprendí que necesitaba manifestarla y entregar mi vida en las manos de Dios.

–Perseverando en la fe entendí que por fuera puede haber una tormenta, pero adentro de uno tiene que existir una paz, siempre en cuando coloquemos a Dios en primer lugar. El tiempo pasó y escuché hablar sobre el poder del Espíritu Santo.

–Hoy estoy felizmente casado con una mujer de Dios que tiene la misma visión y creencia que necesitamos poner a Dios en primer lugar para poder prosperar en todas las áreas de la vida. Ahora, estoy libre de la depresión, de las enfermedades, tengo un negocio de construcción qué se ha expandido en varias partes del mundo, incluyendo los Estados Unidos. Todo ahora es una bendición porque aprendimos el secreto que es poner a Dios en primer lugar.

Testimonio Daniel Carrera.

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