Descubra en este artículo por qué uno debe enfocar su fe en lo espiritual y dejar de lado las situaciones que nos oprimen.
¿Por qué la vida sigue igual?
La vida de una persona sigue igual porque su mentalidad y su corazón no han cambiado. Cuando enfrenta problemas, en lugar de responder con fe, actúa con miedo, duda y preocupación. Y al repetir el mismo patrón, el problema regresa y lo domina. Es un ciclo que solo se rompe con un cambio total.
Estos mismos problemas llevan a las personas a culpar a otros por su situación. En un matrimonio, por ejemplo, ambos cónyuges pueden estar en conflicto, pero ninguno asume su responsabilidad. Los hijos, cuando tienen dificultades con sus padres, tienden a culparlos sin reconocer sus propios errores.
Si analizamos estos ejemplos, podemos notar que, en general, la gente rara vez admite que el problema está dentro de sí misma. Pero la verdad es que necesitamos cambiar.
El cambio transforma la perspectiva de una persona: si su interior está lleno de temor, verá todo con pesimismo. Pero cuando el Espíritu Santo entra en su vida, todo cambia.
Como dice el versículo: «Recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros.» Cuando una persona conoce la Palabra de Dios y entrega su vida a Él, experimenta una transformación total. Entonces, los problemas ya no tienen el mismo poder sobre su vida, porque su fe está firmemente enraizada en Dios.
¿Quiere encontrar la solución a sus problemas?
La solución llega cuando uno deja de ser problemático en la fe y reconoce que necesita un cambio total, el cual solo proviene del Espíritu Santo.
Sin embargo, reconocer que uno necesita cambiar no es fácil. A nadie le gusta aceptar que puede ser el problema. Pero hoy le invito a meditar profundamente en esta Palabra y permitir que el Espíritu Santo le revele la verdad.
Un cambio total es la clave para ser bendecido en todos los aspectos de la vida.
¡Dios nos bendiga a todos!
