Antes de leer este artículo, le invito a reflexionar sobre esta pregunta: ¿Por qué es importante experimentar un cambio espiritual interior?
La Palabra nos revela lo siguiente: “Entonces los que estaban reunidos, le preguntaban, diciendo: Señor, ¿restaurarás en este tiempo el reino a Israel?” (Hechos 1:6).
En ese tiempo, el pueblo de Israel vivía bajo el dominio del gobierno romano. Sufrían opresión, miseria y pobreza. Había crisis, una economía debilitada, enfermedades y división por todas partes. A causa de esto, los israelitas creían que Jesús había venido para transformar su situación terrenal.


Sin embargo, el Señor Jesús les respondió de esta manera: “Y Él les dijo: No os corresponde a vosotros saber los tiempos ni las épocas que el Padre ha fijado con su propia autoridad” (Hechos 1:7).

Jesús enseñó que no debían preocuparse ni angustiarse por las circunstancias externas, porque eran temporales y cambiarían. En cambio, les mostró que lo verdaderamente necesario era fortalecer su fe y experimentar la verdadera libertad.


La Palabra continúa diciendo: “Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra” (Hechos 1:8).

Muchos piensan que el poder en la Tierra se mide por el éxito económico o por mejoras en su situación temporal. Pero este tipo de cambio es solo superficial y pasajero. No transforma verdaderamente la vida de una persona.



La razón por la que muchos sufren hoy es la misma por la que sufrían los israelitas: buscan cambios externos sin antes experimentar una transformación interior. Mientras una persona no tenga un cambio espiritual, su vida seguirá igual.