Lea este artículo con gran atención, porque la Palabra que se va a compartir enseñará sobre la importancia de la Santa Cena. La Santa Cena es una de las dos ceremonias espirituales enseñadas en la Iglesia del Señor Jesucristo y en Su Palabra. Estas ceremonias contribuyen a la salvación de nuestra alma. De igual manera que el bautismo, ambas contribuyen a nuestra salvación.
Pero ustedes deben entender la importancia y el significado espiritual de la Santa Cena en nuestra fe y en la salvación de nuestra alma. La Palabra nos guía así: “Porque yo recibí del Señor lo mismo que os he enseñado: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: Esto es mi cuerpo, que es para vosotros; haced esto en memoria de mí” (1 Corintios 11:23-24). Según el comienzo del versículo, la sabiduría de hacer la Santa Cena fue enseñada por el Señor Jesús. Es decir, la revelación de la Santa Cena fue algo que vino de Jesús, porque Él fue el primero en ministrar esta ceremonia a través de estos elementos para que podamos ser fortalecidos en nuestra fe. El Señor Jesús usa las palabras “en memoria de mí” al final del versículo para que nosotros entendamos que el pan se usa como símbolo de Él. En otras palabras, el pan es una representación de Él. Por ejemplo, en otra ocasión Él también dijo, “Yo soy la puerta…” (Juan 10:9), pero Él no es una puerta, es una representación. El cuerpo de uno es una representación del cuerpo de Él. Sin embargo, debemos recordar que esta ceremonia es para Él porque la hacemos en Su memoria.


Pero, ¿por qué Él dijo “en memoria de mí”?
Porque en el pasado, cuando se hacía una ceremonia similar, se realizaba a través de un animal o de un cordero que era sacrificado para Dios. En ese tiempo, la sangre del animal era derramada y colocada en los dinteles de las casas en Egipto. El propósito de esta práctica era porque Dios había dicho en ese tiempo que, a medianoche, un ángel de la muerte pasaría y que en la casa que no tuviera la marca de la sangre, el ángel entraría y mataría a los primogénitos. Esto fue exactamente lo que sucedió. El sacrificio del cordero en Egipto apuntaba al sacrificio de Jesús en la cruz. La sangre que sería derramada sería en favor de nuestro perdón de los pecados. Hoy en días cuando sufre ataques espirituales, tanto como los que creen como los que son incrédulos cuando el espíritu maligno viene o el demonio ataca a uno es cuando no encuentra la marca de sangre. Los demonios entran para destruir y desgraciar la vida de uno.

¿Qué tiene que hacer uno para obtener esta marca de Sangre?
La Palabra de Dios dice así: “De la misma manera tomó también la copa después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto cuantas veces la bebáis en memoria de mí” (1 Corintios 11:25). Según la Palabra, la sangre del sacrificio ya no era la de un animal, sino la de Él. Para que se entienda mejor, la palabra pacto se refiere a dos conceptos: alianza y matrimonio. Por ejemplo, cuando uno entra en una relación seria de matrimonio para ser pareja, asume un compromiso de relación en el que debe ser fiel, respetuoso, considerado, amar y valorar. En otras palabras, está haciendo votos. Si uno se detiene a observar, normalmente, cuando uno se casa es en el altar, porque lo principal de un matrimonio no es la fiesta, sino lo que sucede en el altar ante Dios. No es solo entre la pareja, sino ante Dios. El matrimonio no es una invención humana; es una institución sagrada. Es más, el primer matrimonio que se realizó fue hecho por Dios entre Adán y Eva en el huerto del Edén. Para retomar, uno debe entender que el matrimonio no es una idea humana ni tampoco es una idea religiosa; es una idea de Dios. Entonces, cuando hacemos un pacto con Jesús, con Su Sangre, estamos entrando en una relación seria con Él. Es más, cuando uno entra en esta relación con Él, uno es lavado, su conciencia es lavada, somos purificados de todos nuestros pecados y pasamos a estar cubiertos con Su Sangre. Satanás no nos puede tocar porque estamos cubiertos por Él. La única manera en que el espíritu maligno puede tocarnos es si vivimos en el pecado. Es cuando uno vive en pecado que Satanás tendrá poder para tocarnos, porque uno está corrompiendo y profanando la Sangre de Él. Uno está despreciando el sacrificio que Él hizo en la cruz.


Continúa: “Porque todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor proclamáis hasta que Él venga” (1 Corintios 11:26). Según la Palabra, cuando se dice ‘hasta que Él venga’, se está refiriendo a la muerte y la resurrección, porque Él resucitó.



Sigue: “De manera que el que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y entonces coma del pan y beba de la copa” (1 Corintios 11:27-28). Según la Palabra, uno no tiene que observar la vida de nadie. Cada uno tiene que observar o examinar su propia vida, porque la salvación es individual. La salvación de uno es personal, y ni siquiera por estar casado se comparte la salvación.
La Palabra nos revela más: “Porque el que come y bebe sin discernir correctamente el cuerpo del Señor, come y bebe juicio para sí. Por esta razón hay muchos débiles y enfermos entre vosotros, y muchos duermen” (1 Corintios 11:29-30). En otras palabras, muchos han muerto prematuramente, porque muchos han muerto antes de tiempo.
¿Por qué pasa esto?


Porque uno no está considerando. Muchos participan de la Santa Cena como una ceremonia religiosa y como cualquier otra cosa. Por ejemplo, cuando una persona saca la lengua y un cura pone la hostia, muchos ni siquiera saben el significado de lo que están haciendo. Un comportamiento natural del ser humano es imitar. Por ejemplo, si una persona mira hacia el cielo en un grupo, todos los que están alrededor también mirarán sin saber por qué. Este tipo de comportamiento es natural. En otras palabras, el ser humano es influenciado fácilmente. Muchos que participan en la iglesia antes comían de la hostia sin saber el significado, y muchas veces comían y regresaban a los mismos vicios y pecados. Esto sucedía porque no tenían entendimiento o conocimiento de la verdad y, sobre todo, no tenían consciencia de la fe. Por esta razón, según la Palabra, si uno bebe de estos elementos de manera indigna, no reconoce que es un miserable pecador. El significado de ‘indigno’ es que uno no reconoce sus fallas y errores ni la necesidad de arrepentimiento. Además, esto también significa que uno asiste a la iglesia solo por asistir, sin disposición a escuchar la voz de Dios ni tomar la decisión de abandonar sus malos caminos. Muchos asisten a la iglesia sin esta conciencia del significado de la Santa Cena; la participan y siguen en el pecado y la incredulidad. Participan de la Santa Cena y continúan viviendo entregados a sus deseos y voluntades, porque no han discernido ni entendido lo que significa la Santa Cena.


La Santa Cena no excluye, incluye, pero solo a los que quieren ser incluidos, a los que quieren ser de Dios, no solo de la Iglesia. Pero, si uno quiere ser incluido, tiene que asumir el compromiso.
Dios los bendiga a todos
