¿Sera que uno cree en su derecho espiritual para vencer?
Cuando uno está en comunión con Dios, es porque ha creado una de las disciplinas principales cuando se habla de la fe: meditar constantemente en la Palabra. Tener comunión con Dios significa tener comunión con lo que está escrito y ser movido por la Palabra. Cuando uno es movido por la Palabra, significa que está actuando en la fe, según su propia fe. Es decir, si uno está pasando por dificultades, tiene la certeza de que va a vencer, porque conoce la Palabra y sabe que va a vencer a través de ella.
La Palabra nos revela este tema de la siguiente manera: “Amado, ruego que seas prosperado en todo así como prospera tu alma, y que tengas buena salud” (3 Juan 1:2).
Ahí sale la pregunta clave: ¿Por qué Gayo tenía su alma próspera?
Muchos, en este momento, afirman tener la salvación y creen, pero viven su vida con limitaciones. Por ejemplo, muchos creen que pueden recibir el perdón, pero no creen en su derecho espiritual. Es ahí donde se nota la falta de discernimiento, porque si uno tiene comunión con la Palabra, es movido por ella y ya ha descubierto que debe arreglar cualquier situación a través de la Palabra. El testimonio de Gayo nos demuestra que él tenía comunión con la Palabra, porque no solo prosperó en su alma, sino también en su salud física.
Lo más agradable para el Señor es cuando uno anda en la verdad, que es la sinceridad de ser dependiente de Dios y de Su Palabra. Cuando uno tiene fe, entiende que vendrán momentos de sacrificio, y cuando uno cree, está dispuesto a sacrificar por lo que cree. Pero si uno no tiene esta fe, no va a poder vencer las dificultades que vienen. Volviendo al testimonio de Gayo, no se trata de que él era próspero en su salud, sino de que era próspero en su alma, en su salvación, lo cual lo llevó a ser próspero también en su salud. Es de esta manera que uno debe posicionarse ante Dios, para poder reclamarle a Él su derecho espiritual.
Pero, aunque uno esté salvo, pasará por dificultades, porque también enfrentará pruebas. Es a través de la prueba que uno se posiciona delante de Dios. Cuanto más se usa la fe, más será uno probado, porque así es como se fortalece el uso de la fe. Si lo pensamos profundamente, todas las derrotas que uno sufre comienzan porque primero se pierde en el corazón o en la mente. Es cuando uno es atacado en la mente y el corazón que debe usar la verdad en la que ha meditado. Uno no podrá vencer la carne si no anda en la verdad, porque no tiene comunión y no entiende su derecho espiritual.
El derecho espiritual también viene de escuchar la Palabra. Por eso, la Palabra nos enseña así: “Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo” (Romanos 10:17).
Dicho esto, el conocimiento de conocer y tener comunión con Su Palabra viene por el alimento de la fe. Así como uno debe meditar en la fe, también debe, en cada momento posible, escuchar la Palabra para que su fe crezca más, descubra los derechos que tiene en Él y pueda vencer todo lo que venga.
