Existe una gran diferencia entre solucionar los problemas y tomar posesión de las promesas de Dios. Hay quienes, a través de la fe, lograron resolver sus problemas, pero no tomaron posesión de lo que está escrito en la Palabra. Dios no solo busca solucionar los problemas de las personas, lo que Él quiere es manifestar Su poder, Su grandeza y la gloria de Él en la vida de cada una de ellas.
“En Él también vosotros, después de escuchar el mensaje de la verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído, fuisteis sellados en Él con el Espíritu Santo de la promesa”. Efesios 1:13. Él está hablando en este pasaje sobre la obra que el Señor Jesús realizó en el Monte Calvario. Dios aclara aquí en Su Palabra qué es ‘El mensaje de la Verdad’, Él hace referencia a eso, porque Él sabe que también existe el mensaje de la mentira. Todos los mensajes que no tienen como base la Palabra de Dios no provienen de Él. Eso trae como resultado que la vida de una persona no cambie. El único mensaje que tiene el poder de cambiar, es el mensaje de la Palabra de Dios.
Cuando en la biblia se hace referencia ‘El habiendo creído…’. Eso significa que cuando una persona asume el creer en esta Palabra, ella está asumiendo un compromiso, una responsabilidad y una alianza con Su Creador. Cuando se asume un compromiso con Dios de hecho y de verdad la persona renuncia a la vida que llevaba antes para dar un nuevo comienzo a la vida que llevará con el Señor Jesús.

Mientras una persona no asuma el tener un compromiso con Dios, ella llevará una vida de mentira y a causa de eso las personas dan credibilidad a la brujería, santería, cartomancia, creen en la suerte, etc. Al contrario, acontece, cuando se asume el creer en el evangelio de la Palabra de Dios, de la obra que se realizó en la cruz, la persona comienza a hablar y a vivir en la Verdad la cual está escrita en la biblia. Esta verdad es la verdad que transforma el pensamiento. Y cuando la Verdad transforma a alguien ella tiene las fuerzas para vencer al pecado, para vencerse a sí misma, para así someterse a la voluntad de Dios.
Cuando hay sometimiento a la Verdad de lo que está escrito en la Palabra, hay una alianza con Dios, leamos la promesa que Dios hace para aquellos que asumen este compromiso: “que nos es dado como garantía de nuestra herencia, con miras a la redención de la posesión adquirida de Dios, para alabanza de su gloria”. Efesios 1:14. Esta promesa es el Espíritu Santo y cuando se tiene se vive no para resolver los problemas de la vida, pero si para conquistar las promesas establecidas en Su Palabra. La principal promesa que Dios quiere que usted conquiste es la salvación de su alma y es por lo consiguiente que, al someterse a la voluntad de Él, no hay que le pueda desanimar y derrumbar porque el Espíritu de la Promesa le sostiene, le renueva para seguir adelante y tener la disposición de sacrificar para hacer la Voluntad de Él. Si usted toma la decisión de vivir esta Verdad que está escrita en la Palabra de Dios, El Señor Jesús le hablará a través de Su Palabra, cuando usted medite en ella, y así su fe estará lista para conquistar las promesas de Dios en su vida.
Dios les bendiga.

