Antes de leer este artículo, por favor reflexione con esta pregunta: ¿Será que uno está engañado sobre su condición espiritual?
Primero, si alguien que asiste a la iglesia aún se encuentra engañado sobre su condición espiritual, es porque Jesús aún no ha nacido en su corazón, y mucho menos en su vida. Es más, si uno se encuentra en esta condición, es porque aún no ha tenido la verdadera experiencia del Nuevo Nacimiento. Este autoengaño sucede porque uno es egoísta o egocéntrico, ya que solo piensa en sí mismo espiritualmente. Por ejemplo, ahorita estamos pasando por momentos de festividades donde muchos piensan en conmemorar y celebrar, pero no se acuerdan de todos aquellos que están viviendo en las calles, están hospitalizados o están sufriendo. En otras palabras, alguien que está escuchando o meditando en la Palabra de Dios no la está viviendo porque se ha olvidado de las almas que están sufriendo. Es por esta razón que muchos no reciben el Espíritu Santo. Uno debe recordarse: el que es salvo, salva porque ha recibido las buenas nuevas.
La Palabra nos enseña así: “En la misma región había pastores que estaban en el campo[a], cuidando sus rebaños durante las vigilias de la noche. Y un ángel del Señor se les presentó, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor, y tuvieron gran temor. Mas el ángel les dijo: No temáis, porque he aquí, os traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo” (Lucas 2:8-10).
Para dar un ejemplo, les pregunto: ¿Qué es la vida de un pastor?
Es la salvación eterna, que es lo principal que uno quiere y necesita recibir. Cuando uno verdaderamente ha tenido la experiencia de la salvación eterna, desea compartirla porque sabe que necesita llevar la Palabra de Salvación a otros que están perdidos en el mundo, porque es lo principal. No es suficiente que uno no traiga ningún alma a la iglesia, porque eso significa que uno aun no a tenido la experiencia de la Salvación y de lo Eterno. Uno debe de luchar para salvar almas, porque es lo que esta escrito en Su Palabra.
Pero, ¿qué es lo Eterno?
Todo en este mundo es momentáneo: la alegría, el dolor, e incluso la economía; uno tiene altas y bajas. Pero, cuando uno ha tenido la experiencia con las Buenas Nuevas o el Espíritu Santo, recibe lo eterno bueno. Sin embargo, hay una diferencia entre lo eterno malo y lo eterno bueno. La alegría eterna es cuando uno está cerca de Él y tiene paz porque sabe que está en Él. En otras palabras, uno vive por Su voluntad y reconoce que tiene Su santa protección. El dolor eterno es cuando uno está lejos, sigue siendo egoísta o egocéntrico, y no hace ni lo mínimo por las almas que están perdidas y sufriendo, porque ellas también están lejos de Dios. Así que hoy, reflexione y pregúntese: ¿Será que estoy haciendo la voluntad de Dios o simplemente me estoy autoengañando? Recuerde, la decisión es suya.