El infierno tiene sus puertas abiertas y nunca se cansa de tragar almas.

Las mentiras sobre el infierno Parte 3

El infierno tiene sus puertas abiertas y nunca se cansa de tragar almas. Miles de millones de personas pasarán la eternidad en llamas, sin la menor oportunidad de revertir esa situación. Por lo tanto, mientras haya aliento en mí, quiero anunciar el Evangelio que muestra las buenas nuevas de salvación, pero que también le revela “malas noticias” a quien rechaza la oferta del Hijo de Dios.

No piense que, por el hecho de estar en una iglesia o de ocupar una posición en la Obra de Dios, eso le dará́ alguna regalía en el futuro. No importa quién es usted, si desobedece la Palabra, a los ojos del Altísimo, usted está en pésimas condiciones:

No todo el que Me dice: «Señor, Señor», entrará en el Reino de los Cielos, sino el que hace la voluntad de Mi Padre que está en los Cielos. Muchos Me dirán en aquel día: «Señor, Señor, ¿no profetizamos en Tu nombre, y en Tu nombre echamos fuera demonios, y en Tu nombre hicimos muchos milagros?». Y entonces les declararé: «Jamás os conocí; apartaos de Mí, los que practicáis la iniquidad». (Mateo 7:21-23)

Tal vez usted esté sintiendo un gran temor ahora, pero las distracciones de este mundo y el mal pueden hacerlo olvidarse de esa realidad. Entonces, busque un lugar reservado, cierre sus ojos y haga una alianza con Dios en este momento.

No deje que sus pecados sean como un muro que lo separa de Dios. Arrepiéntase de estos, pídale perdón al Señor y entréguele su vida por completo. Es justo que Dios quiera todo de nosotros; a fin de cuentas, Él también dio todo de Sí, ¿no es cierto?

En las cosas banales de este mundo, usted puede tener múltiples elecciones; pero, con respecto a la eternidad, son solo dos: el Cielo o el infierno; la salvación o la condenación del alma.

No huya del Salvador, que es tan bondadoso, para unirse a billones y billones de demonios en el lago de fuego y azufre. Recuerde: una vez condenado, condenado para siempre.

Continuará…

Libro: Secretos y Misteriosos del Alma

Autor: Obispo Edir Macedo

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