Los hijos de Dios

La Palabra de Dios dice: Cierto hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos le dijo al padre: «Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde». Y él les repartió sus bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntándolo todo, partió a un país lejano, y allí malgastó su hacienda viviendo perdidamente… Entonces, volviendo en sí, dijo: «¡Cuántos de los trabajadores de mi padre tienen pan de sobra, pero yo aquí perezco de hambre!  Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: “Padre, he pecado contra el cielo y ante ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo; hazme como uno de tus trabajadores”».

Y levantándose, fue a su padre. Y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión por él, y corrió, se echó sobre su cuello y lo besó.  Y el hijo le dijo: «Padre, he pecado contra el cielo y ante ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo». Pero el padre dijo a sus siervos: «Pronto; traed la mejor ropa y vestidlo, y poned un anillo en su mano y sandalias en los pies…». Y comenzaron a regocijarse. 

 Y su hijo mayor estaba en el campo… Entonces él se enojó y no quería entrar. Salió su padre y le rogaba que entrara. Pero respondiendo él, le dijo al padre: «Mira, por tantos años te he servido y nunca he desobedecido ninguna orden tuya, y, sin embargo, nunca me has dado un cabrito para regocijarme con mis amigos; pero cuando vino este hijo tuyo, que ha consumido tus bienes con rameras, mataste para él el becerro engordado». Y él le dijo: «Hijo mío, tú siempre has estado conmigo, y todo lo mío es tuyo.  Pero, era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este, tu hermano, estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado». Lucas 15:11-32.

Refiriéndonos espiritualmente existen dos clases de hijos de Dios, personas que siendo hijos de Dios se encuentran perdidas, porque en un día decidieron vivir de acuerdo con sus planes y con sus propósitos. Habían conquistado a través de la obediencia, pero decidieron vivir a su manera y usar lo que conquistaron para sí mismos. Lo que los llevó a perder todo lo que habían adquirido, porque todo lo que Dios nos ha dado, es para que Su nombre sea glorificado, como hijos de Dios se tiene el derecho de disfrutar también de lo que Él da, pero la gloria le pertenece a Él.

Existen los otros hijos de Dios, que aun teniendo todo a su disposición no han tomado posesión de lo que es suyo por derecho, por el motivo de que no viven la fe de un hijo de Dios de una manera consciente, no se dan cuenta de lo que está a su disposición y no asumen quien es su Padre. Cuando un hijo de Dios quiere marcar la diferencia para honrar a Su Padre y vivir como Él lo ha determinado, el hijo comienza a vivir bajo la voluntad y bajo los planes de Dios.

Cómo se puede aceptar ser un hijo de Dios y vivir una vida de cualquier forma tanto en la vida familiar, sentimental, salud, economía y vida espiritual. Lo principal de estos aspectos es el Espíritu Santo, y en eso muchas personas deben despertar esa consciencia que lo primordial es tener comunión con Él. La comunión que uno tiene que tener con Dios, debe ser constante y es una decisión individual. Un ejemplo de ese es cuando la biblia refiere que el joven se fue de la casa, el padre no le buscó, porque sabía que no serviría de algo, la decisión la tenía que tomar su hijo. De esa misma manera Dios nos trata, Él nos da libre albedrío.

De esa parte bíblica, algo principal que es necesario destacar es lo que está en el capítulo 17 de Lucas 15, “Entonces, volviendo en sí…”. Analizando esta parte podemos darnos cuenta que ambos hijos no estaban en su sano juicio, refiriéndonos espiritualmente. Porque si el otro hijo que le reclamó a su padre hubiese estado bien, Él no hubiera

reaccionado de la manera que lo hizo, al contrario, él se hubiera alegrado por el regreso de su hermano.

Muchas personas aun siendo hijas de Dios, no viven la vida a la que tiene derecho ¿Por qué? La entrega, no ha sido la entrega de un hijo de Dios. La entrega de Dios para uno, de lo que Él es a través de la persona del Espíritu Santo y de lo que Él promete para nosotros, es proporcional a nuestra entrega. Lo que Dios ha planeado para sus hijos es darnos lo mejor.

Cuántas personas incrédulas tienen una vida mejor, que un hijo de Dios, pero eso acontece porque el hijo de Dios necesita dejar de ser apenas un frecuentador, miembro o un religioso de la iglesia. El hijo de Dios vive con la vida en el altar y está decidido a vivir de acuerdo con los planes, la voluntad y los propósitos de Dios.

La vida de un hijo de Dios, cuando es llamado para algo espiritual, él desprecia la voluntad propia para priorizar lo espiritual, porque quiere agradar al Padre Celestial. Un hijo de Dios se relaciona con Su Padre, buscando Su voluntad, él no busca sus propias decisiones sino las de Su Padre. El hijo sabe que Los Planes de Su Padre no pueden ser frustrados, por eso busca hacer Su Voluntad. Todo lo que Dios tiene está a la disposición de sus hijos, pero tiene que haber una entrega total por parte de los hijos.

Entonces Jesús, clamando otra vez a gran voz, exhaló el espíritu… después de la resurrección de Jesús, entraron en la santa ciudad y se aparecieron a muchos. El centurión y los que estaban con él custodiando a Jesús, cuando vieron el terremoto y las cosas que sucedían, se asustaron mucho, y dijeron: En verdad este era Hijo de Dios”. Mateo 27:50-54. El Señor Jesús mostró con su testimonio que era hijo de Dios y usted ¿tiene testimonio de un hijo de Dios?

Estamos en la fe de la Campaña de Israel de los hijos de Dios, busque agradar y hacer la voluntad de Él y usted dará testimonio de ser un hijo de Dios y podrá glorificar a su Padre.

Dios les bendiga.

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