Agustín Díaz era un hombre que no lograba salir del mar de conflictos en el que estaba envuelto, su principal problema era espiritual, no lograba conciliar el sueño, los dolores de cabeza lo atormentaban. Aunado a esto se enfrentaba a problemas económicos e interminables discusiones con su esposa, se sentía decepcionado de la vida y los obstáculos que esta le presentaba.
Agustín comenzó a descuidar su aspecto personal e higiene llegando a un estado de mendicidad, vivía sus días desganado sin encontrar los resultados que esperaba.
Los problemas con su esposa lo llevaron no solo a separarse, sino que se vio obligado a vivir en su carro por un largo tiempo. Un día se encontraba escuchando la radio cuando una persona habló sobre su testimonio y cómo a través de la Iglesia Universal Dios lo había ayudado a cambiar su vida, así que tras verse reflejado no lo dudó dos veces y comenzó a asistir a los servicios.
Tras pocos días de su participación sintió como a través del Espíritu Santo Dios le dio la fortaleza y el valor para confortar a su esposa con la promesa de que cambiaría de una vez y para siempre. Hoy día Agustín mantiene su promesa gracias a que pudo combatir sus problemas espirituales a través de la palabra recibida.
Testimonio Agustín Díaz.